A tres días del final de la política sanitaria llamada Título 42, cientos de personas continúan arribando diariamente a Ciudad Juárez con el objetivo de ingresar a Estados Unidos a través de las puertas del muro fronterizo, en donde ayer ya sumaban dos campamentos migrantes en espera de ser procesados por los agentes de la Patrulla Fronteriza del Sector El Paso.
“Ya van a cerrar la puerta, ya van a cerrar la puerta”, decían al apresurar el paso quienes arribaban al río que separa a México de Estados Unidos entre Ciudad Juárez y El Paso, debido a que el próximo 11 de mayo a las 11:59 de la noche culminará el Título 42 y comenzará para todas las nacionalidades el Título 8; sin embargo, al llegar se encontraron con una frontera cerrada.
Ayer, unas 300 personas permanecían bajo el sol, a una temperatura de 30 grados centígrados, en casas de campaña, protegidas con cobijas y debajo de dos árboles, junto a la puerta ubicada en el marcador fronterizo número 40, mientras que a unos kilómetros de distancia, unas 300 personas más estaban formadas junto a “la puerta 42”.
“Los niños te piden comida. Y, ¿cómo le dices a un niño: no hay? No puedes, es algo que a uno se le escapa de las manos. Ellos te dicen: mantengan la calma. Pero con niños no puedes, el sol los agobia, los tiene locos. Nos dicen que nos organicemos, hacemos la cola y nunca vienen. Y así es todos los días”, dijo ayer “Liz”, quien cruzó el río internacional el sábado con sus hijos de 2 y 5 años de edad, después de haber viajado durante tres días en el tren desde el Estado de México hasta Ciudad Juárez.
“Hay gente que tiene carpa, pero hay gente que no, y el frío de noche es horrible, y con tierra. Ver a mi hija, parte el corazón de verla, mi niña tiene dos añitos y tiene todo partido, de tanto que lloran y el sol los seca”, dijo quien ayer cruzó nuevamente el río internacional, pero esta vez hacia México, para pedir comida. Así consiguió pan, mayonesa y agua.
Mientras que cientos de personas más fueron observadas a bordo de los vagones de tren de carga en la entrada de Ciudad Juárez, otras familias avanzaban del marcador fronterizo número 40 hacia el 42, ya que aseguraron que en el primer punto no recibían a familias desde la madrugada del martes, mientras que en la 42 habían recibido a un grupo el sábado.
Después de cuatro días de acampar entre el bordo del río Grande y los barrotes de acero del muro fronterizo, ayer durante la mañana Grysnier, su esposo y su hijo de 3 años de edad decidieron regresar a Ciudad Juárez, a donde llegaron desde el 18 de enero.
Con el número 123 marcado en el dorso de su mano derecha, debido al número de familia registrada el viernes, aunque ellos llegaron desde el martes el bordo fronterizo.
Narraron que ellos salieron de Colombia el 2 de octubre, y cuando el Gobierno de Joe Biden extendió el Título 42 para los venezolanos ellos ya estaban en Costa Rica, en donde se quedaron dos meses, hasta que les dijeron que Estados Unidos comenzará a recibirlos y decidieron seguir su camino a Ciudad Juárez, lograron una cita a través de la aplicación CBP One para cruzar la frontera de manea regular; sin embargo, debido a que sólo cuentan con fotos de sus actas de nacimiento, el 27 de marzo que se presentaron en el puente internacional fueron regresados.
En busca de sus documentos y ante el fin del Título 42, los venezolanos decidieron entregarse a la Patrulla Fronteriza, pero al no ser recibidos, ayer decidieron regresar a la ciudad.
“Hay muchos niños, hay muchas familias. Pero no recibieron a nadie. Y mucha gente se metió por el ‘hueco’ (sin entregarse a los agentes de la Patrulla Fronteriza)”, narró la madre.
Dijo que durante los días que permanecieron ahí compraron comida y agua, mientras observaron que otros migrantes vendían cobijas a 5 dólares y botellas de agua a 50 pesos.