La frontera México-Estados Unidos y el tráfico de fentanilo regresaron al centro de atención del Congreso estadounidense y detonaron una intensa batalla política entre los republicanos, que buscan un juicio político contra el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, y demócratas, que los acusan de hipócritas y de politizar la seguridad fronteriza con fines electorales.
“Debemos restablecer el control de nuestra frontera sur y recuperarla de las manos de los asesinos de los cárteles de las drogas”, proclamó en una audiencia legislativa el presidente del Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes, el republicano de Tennessee y exveterano de guerra Mark Green.
“Esta audiencia debe ser una llamada de alerta para los miembros del comité de poner fin a esta locura y trabajar juntos para proteger la frontera… Debemos proteger la patria”, puntualizó el también empresario y médico de profesión, quien culpó a Mayorkas de implementar una política de “fronteras abiertas”.
Para subrayar su argumento de una “crisis” y una “tragedia” en la frontera Estados Unidos-México, la mayoría republicana del Comité de Seguridad Nacional llevó como “testigo” a la audiencia a Rebecca Kiessling, una activista antiaborto y abogada de Michigan que perdió a dos de sus hijos, de 18 y 20 años, por sobredosis de fentanilo.
“Esto no debe politizarse. No se trata de raza. Al fentanilo no le importa la raza. ¿Hablan de dar la bienvenida a quienes cruzan nuestra frontera en busca de protección? Estás dando la bienvenida a los traficantes de drogas a través de nuestra frontera. Les estás dando protección. No estamos protegiendo a nuestros hijos”, dijo a los legisladores secándose las lágrimas.
Mark Lamb, alguacil del condado de Pinal, en Arizona, testificó que a pesar de que su jurisdicción no es fronteriza con México, se ha convertido, junto con la carretera Interestatal I-10, en una de las “principales arterias” del trasiego de drogas de cárteles mexicanos.
“El problema es que lo estamos permitiendo a través de las políticas nacionales que tenemos. Y la falta de voluntad de proteger nuestra frontera ha creado una oportunidad para los cárteles. Cuando vienen, nuestras mujeres son violadas”, señaló el jefe policial, ataviado con su uniforme color caqui y sombrero de ala.
Pero las declaraciones de los republicanos y los testigos no impresionaron a la oposición. El demócrata de mayor antigüedad en el panel, Bennie Thompson, expresidente de la comisión investigadora del intento de golpe de Estado del 6 de enero, acusó a los republicanos de hipocresía por oponerse a aumentar el presupuesto en seguridad fronteriza.
“La mayoría republicana no ha ofrecido soluciones para nada… 90 por ciento de decomisos de fentanilo ocurre en la frontera y puertos de cruce… pero los republicanos votaron contra los 7.2 mil millones de dólares para las operaciones de la Patrulla Fronteriza”, fustigó el demócrata.
Aunque los republicanos prometieron presentar una nueva iniciativa de control fronterizo, fracasaron debido a que los miembros moderados de su bancada amenazaron con votar en contra debido a que el plan cerraba la frontera a todos los solicitantes de asilo.