ERIK RUBÍN DICE QUE IBA A SER COMPETENCIA DE LUIS MIGUEL PERO ENTRÓ A TIMBIRICHE

Después de anunciarse el regreso de la obra musical Vaselina al teatro, con algunos de los integrantes originales de Timbiriche, Erik Rubín, quien en febrero pasado hizo pública su separación de Andrea Legarreta después de más de 20 años de matrimonio, vuelve a dar de qué hablar: el músico y cantante aseguró en una entrevista con Yordi Rosado que estuvo a punto de ser la competencia de Luis Miguel con un proyecto musical como solista.

La mente detrás del plan para desbancar a El Sol de los altos niveles de popularidad que alcanzó desde corta edad era la de la compositora Amparo Rubín, tía de Erik, quien al descubrir el talento nato que tenía para cantar y su amor por la música, le propuso lanzarlo como cantante con el fin de contrarrestar la fama de Luismi.

Y es que, según relató el intérprete de Cuando mueres por alguien y Dame amor, el proyecto para lanzar a un cantante infantil que tuviera un repertorio de canciones acorde a su edad y al de su público objetivo ya contaba con un elegido, quien al final no firmó el contrato, por lo que Amparo pensó en él. Y por supuesto que Erik Rubín aceptó, aunque el destino le tenía preparada una opción distinta que, a la postre, resultó mucho mejor.

ERIK RUBÍN PUDO SER LA COMPETENCIA DE LUIS MIGUEL
“Esa era la visión de mi tía Amparo Rubín, que es compositora de varias canciones de Timbiriche. La intención de ella fue, precisamente, hacerle competencia a Luis Miguel, pero con canciones más de niño, más inocentes, porque él ya cantaba Somos dos enamorados, ya como muy canciones de adulto”, explicó Erik Rubín a Yordi Rosado.

Ese era el plan de la tía del cantante para que, siendo niño, fuera la competencia de Luis Miguel, ya que la década de los ochenta en México fue una época en la que ningún otro cantante eclipsó a El Sol.

Sin embargo, Amparo Rubín, quien componía canciones para Timbiriche, intentó hacerle sombra pero con un talento infantil que cantara canciones de acuerdo a la edad y ya contaba con el niño que parecía el indicado, pero al final no se quedó en el proyecto.

“Incluso ya había otro niño antes. Ya tenía al chavo, grabaron las canciones y cuando estaban a punto de firmarlo, fue que la familia de provincia ya no quiso”, explicó Erik. “Entonces coincidió que además mi tía Amparo, siempre que iba a Puebla, sacaba al guitarra, entonces yo cantaba con ella desde muy chiquito”, recordó.

ERIK RUBÍN Y TIMBIRICHE: EL DESTINO YA ESTABA ESCRITO
“Amparo era la clásica bohemia que sacaba la lira y nos aprendíamos así las canciones y yo hacía armonías con ella y me decía: ‘Oye, ¿quién te enseñó? Se dio cuenta ahí que tenía voz”, contó Erik Rubín.

De esta forma, le pidió que fuera a hacer la prueba para quedarse él con el proyecto, pero surgió entonces la oportunidad de ser parte de Timbiriche, que el entonces joven artista decidió aceptar.

“Vengo a México, hago la prueba, grabo las canciones y estaba a punto de firmar cuando acompaño a Amparo a algo y nos encontramos al mánager de Timbiriche de esa época. Nos fuimos a la oficina y le dice a Amparo: ‘Es que estoy buscando a alguien para Timbiriche’. En ese momento canté algo en vivo y me quedé en el grupo”, recordó el cantante sobre los inicios de su carrera en el grupo al que se integró en 1983 y con el que grabó algunos de sus más grandes éxitos como Princesa tibetana y Ámame hasta con los dientes.

¿QUIÉN FUE LA COMPETENCIA DE LUIS MIGUEL?
Desde su debut en 1982 con el álbum Un Sol, Luis Miguel tuvo una carrera en constante ascenso a lo largo de la década de los ochenta sin que prácticamente nadie le hiciera sombra, pues en esa época no había otro intérprete pop o de baladas románticas que tuviera el impacto que él tuvo con el público adolescente y juvenil.

Pedrito Fernández, quien es contemporáneo de Luismi, coqueteó en pocas ocasiones con el género pop y siempre centró su carrera en la música ranchera, por lo que tuvieron públicos distintos.

Para finales de los ochenta, desde Argentina, llegó a México Pablito Ruiz, un adolescente que buscó repetir la fórmula del cantante mexicano al interpretar canciones con temas románticos, con lo que logró un éxito considerable gracias a sencillos como ¡Oh mamá! Ella me ha besado y Cachetada, y que grabó su propia versión de La Malagueña (el tema con el que Luismi se dio a conocer de niño en 1981).

De cualquier forma, Pablo hizo su aparición en escena cuando Luis Miguel ya era un ídolo juvenil consolidado y estaba a punto de dar un golpe maestro en su carrera: la grabación del álbum Romance, que coprodujo con Armando Manzanero y lanzó en 1991, con el que logró éxitos de ventas y reconocimiento internacional sin precedentes en su carrera.

Para 1992, surgió Cristian Castro, quien con 18 años de edad y su álbum debut, Agua Nueva, fue quizás el más claro competidor del intérprete de La incondicional; su “rivalidad” quedó retratada, incluso, en la producción de Netflix, Luis Miguel: La serie, con el personaje de Cris Valdés, interpretado por Jack Duarte. Sin embargo, las carreras y las vidas de ambos se diferenciaron mucho desde el inicio del trayecto profesional del hijo de Verónica Castro y hasta la fecha.

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