DE VENEZUELA,HONDURAS,COLOMBIA,EL SALVADOR,GUATEMALA,NICARAGUA,COSTA RICA Y HAITI LOS MIGRANTES EN CARPA

Más de 240 personas migrantes de nueve nacionalidades permanecían hasta ayer en el refugio temporal instalado por el Municipio de Juárez y el Instituto Nacional de Migración (INM) junto al puente internacional Lerdo.

Aunque la mayoría eran originarias de Venezuela, también se encontraban adultos solos y familias provenientes de Honduras, Colombia, El Salvador, Guatemala, Nicaragua, Costa Rica, Haití y México, quienes permanecían en las dos carpas gigantes o en sus propias casas de campaña, las cuales instalaron al exterior.

“En el campamento que estaba afuera de la Presidencia nosotros habíamos contabilizado hasta 160 personas, que eran las que estaban ahí, pero el día de ayer llegó más gente, además de que otras personas se adjuntaron a ese grupo y finalmente ingresaron a este nuevo campamento, en donde ya hay condiciones más dignas, 243 personas”, informó ayer el director de Derechos Humanos del Municipio, Santiago González Reyes.

Durante un operativo en el que participó Protección Civil, Derechos Humanos y decenas de policías municipales, la tarde del lunes el secretario del Ayuntamiento, Héctor Rafael Ortiz Orpinel, y el secretario de Seguridad Pública Municipal (SSPM), César Omar Muñoz, encabezaron el desalojo del campamento que permaneció por 55 días sobre la calle General Rivas Guillén, en el exterior del estacionamiento de la Presidencia municipal, el INM y la Dirección de Catastro.

De acuerdo con González Reyes, al principio fueron 187 las personas que acudieron al nuevo campamento de manera voluntaria, y aproximadamente 50 más se resistieron y finalmente también aceptaron acudir mientras siguen intentando lograr una cita para poder ingresar a Estados Unidos, al igual que otro grupo que arribó ayer en la mañana a Ciudad Juárez y fue recibido.

“El campamento afuera de la Presidencia era una banqueta, estaban en una baqueta. Los servicios sanitarios no eran suficientes, además de que no eran accesibles para todos; encontramos mucha basura, mucho desperdicio orgánico incluso, que realmente estaban generando problemas de salud (…) estuvimos viendo que había un gran porcentaje de enfermedades gastrointestinales y respiratorias en ese espacio”, informó el funcionario municipal.

También destacó que diversas personas que permanecían en la vialidad habían sufrido actos de discriminación y violencia, e incluso robos. “A partir de toda esa identificación de riesgos fue que se tomó la decisión, por parte del presidente –Cruz Pérez Cuéllar– y de la Federación, de abrir un espacio seguro, que estuviera mejor administrado, pero a la vez que tuvieran la libertad de entrar y salir estas personas”, explicó.

En el nuevo campamento, las personas en situación de movilidad cuentan con aires acondicionados industriales, duermen en colchonetas sobre un piso de madera, tienen dispensadores de agua purificada, baños portátiles y el Grupo Beta les reparte comida tres veces al día. Ayer se observó que personal de la Cruz Roja también acudió a apoyarlos con alimentos, así como una familia juarense, que les repartió burritos.

A través de un comunicado de prensa, el INM informó que la autoridad local proporcionó el predio con agua, seguridad perimetral y servicio médico, mientras que el Gobierno federal instaló las carpas.

“Anoche dormimos bien, es más acogedor, porque allá en las carpas no teníamos ni colchonetas ni nada, dormíamos en el piso adentro de las carpas. Y bueno, siendo paciente, esperando la cita… ya nos ofrecieron comida, tenemos sábanas, colchonetas. Todo está marchando bien, gracias a Dios. Y va a haber cambios, dijeron que nos van a traer más cositas”, dijo José Armando Ramírez, un venezolano, quien espera poder cruzar la frontera para reunirse con su esposa.

El también sudamericano Junio León dijo sentirse más seguro de que sus hijos de 4, 9 y 11 años estén dentro del nuevo campamento y no en la calle; sin embargo, al igual que Ramírez, pidió el apoyo de las autoridades y organizaciones internacionales para que les instalen regaderas, ya que tienen que bañarse con una manguera junto al carril que lleva a la línea exprés del puente Lerdo-Stanton, así como Internet inalámbrico para poder tener mejor acceso a la aplicación móvil CBP One.

Otro migrante, quien pidió no publicar su nombre, destacó también la necesidad de un espacio para bañarse y dijo que en una de las áreas están “todos amontonados” porque temen que exista un riña con un grupo específico de migrantes.

El campamento se encontraba ayer resguardado por una ambulancia, una unidad de Bomberos y un vehículo de la Policía Municipal, mientras que más de cinco unidades de la SSPM resguardaban la calle Rivas Guillén para evitar que volviera a instalarse el campamento que inició el 28 de marzo pasado, un día después del incendio en la estancia provisional del INM, en la que murieron 40 personas migrantes y 28 más resultaron heridas.

En el lugar permanecía únicamente el altar colocado en el exterior del edificio federal, en honor a las víctimas.

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