Migrantes mexicanos denunciaron este domingo a redes de supuestos reclutadores que los enganchan con la ilusión de obtener trabajo en Canadá y luego los convierten en “esclavos modernos”, ya que los explotan y los tienen hacinados en viviendas que comparten hasta con 15 personas.
“Todo es un fraude: te cobran 600 dólares (canadienses, lo equivalente a 7 mil 770 pesos mexicanos) al mes de renta y exigen otros 5 mil dólares (64 mil 800 pesos) con el argumento de que están tramitando tu refugio en Canadá”, contó a EFE Kevin, un mexicano que hoy fue deportado de Ottawa a Cancún.
El indocumentado recordó que pidió prestado dinero a sus familiares para viajar a Canadá, engañado por estos supuestos reclutadores, con la ilusión de obtener trabajo y ganar dólares.
“Todo es mentira, por favor no se dejen engañar, solo los llevarán a Canadá para explotarlos, para convertirlos en esclavos en pleno siglo XXI”, reiteró.
Los reclutadores aprovechan los esquemas legales de movilidad laboral que existen entre México y Canadá para enganchar a las víctimas.
Los programas de trabajo que se ofrecen, según las leyes laborales de Canadá, son provinciales, no federales y el pago por hora varía.
Por ejemplo, en Ontario, el pago es de 15.83 dólares por hora que en octubre próximo subirá y de 15.35 dólares por hora en la Columbia Británica.
Ante la deportación de Kevin, autoridades de Canadá en México que no quisieron identificarse alertaron para que no se caiga en ese tipo de fraudes y abusos: “Ofrecemos, como muchos países, incluyendo México, la Protección Complementaria de Extranjeros o Refugio/asilo, pero en casos específicos y especiales”.
La trampa en la que caen los mexicanos es la ilusión del sueño canadiense que se promueve a través de las redes sociales, ya que aseguran que el Gobierno de aquel país tiene alta demanda en mano de obra y programas que facilitan el ingreso.
Sin embargo, muchos de ellos son casos de fraude.
Las redes de reclutadores engañan, “nos llevan a Canadá, pero sólo nos explotan, nos convierten en esclavos usando operaciones sofisticadas de tráfico y trata de personas”, dijo Kevin.
Condiciones infrahumanas
Las fuentes canadienses informaron que en los últimos meses rescataron migrantes que estaban trabajando en condiciones infrahumanas.
“Los mexicanos vivían hacinados, pagando mucho dinero por concepto de renta, alimentación y otros servicios”, informaron que hace unas semanas deportaron a cuatro habitantes de Yucatán, en el sur de México.
El caso más reciente que reportó la Policía regional de York, comunidad al norte de Toronto, fue el rescate de 64 mexicanos de una red internacional de tráfico.
“Las víctimas vivían en la miseria y se veían obligadas a trabajar muchas horas por poco dinero, mientras sus explotadores se beneficiaban y vivían rodeados de lujos”, dice el reporte.
Otro de los inmigrantes rescatados reveló que un conocido de su pueblo en México “me ofreció trabajo en Canadá a cambio de un pago de 70.000 pesos (3.900 dólares estadounidenses) que incluía el pasaje de avión y la supuesta visa de trabajo”, que en realidad es la Autorización Electrónica de Viaje del gobierno de Canadá (ETA).
“Caí en la trampa, el enganchador no tenía mi visa de trabajo, sólo me proporcionó un número telefónico y el nombre de un “contacto” en Canadá”, dijo.
El “contacto” lo llevó a una casa e informó al inmigrante que pagaría 600 dólares al mes por un cuarto en la casa que habitaban más de 15 personas compartiendo un baño y cocina.
Luego, lo llevaron con una abogada que supuestamente llevaría su caso de “refugio” para obtener el permiso de trabajo, “pero como no tenía 5.000 dólares me abandonaron”.
El único trabajo esporádico que conseguía en pleno invierno era remover nieve de las banquetas por un pago en efectivo de 10 a 15 dólares, que utilizaba para pagar la renta.
“Para la comida asistía a bancos de alimentos o a las cocinas comunitarias que hay en las provincias de Canadá”, añadió.
Hoy en México, admitió con tristeza que la pasó terrible, “porque el trabajo era pesado, mal pagado y no era constante, vivía en condiciones peores que en mi casa en México”.