La tendencia a la baja en la inflación -que en la primera quincena de junio se ubicó en 5.18%– es positivo para la banca mexicana, dado que ello ayudaría a mitigar el riesgo de crédito, especialmente en algunas carteras de consumo que han registrado crecimientos y son más sensibles a este fenómeno, consideró Moody’s Local México.
En un análisis, destacó que una alta inflación reduce la capacidad de pago de los individuos y se asocia con una mayor morosidad del crédito al consumo.
La agencia resaltó que el crédito al consumo ha tenido una evolución sólida durante los últimos meses, y el crecimiento de esta cartera fue el primero en observarse después de la crisis producida por la pandemia.
Al mismo tiempo, expuso, dicho crecimiento se ha dado con una buena evolución crediticia, pues el Índice de Morosidad Ajustado (IMORA) ha sido bajo comparado con los niveles históricos.
De esta manera, Moody’s Local México señaló que en un escenario de menor inflación, se esperaría que para el cierre del 2023, hubiera una morosidad contenida y cercana a los niveles observados a marzo del 2023 de 3.0% para la cartera de consumo, y de 2.1% para la cartera total.
“Para esta proyección también incorporamos nuestra mejora en la expectativa del crecimiento de la economía mexicana para el 2023 (ahora proyectamos un crecimiento del Producto Interno Bruto del 2.4%)”, puntualizó.
Mencionó que, en general, los préstamos al consumo son más sensibles a los cambios en el PIB y a la inflación, tal y como quedó de manifiesto en la caída de la economía y la lenta recuperación sufrida durante y después de la pandemia.
“La morosidad en el segmento de la cartera dedicada al crédito al consumo, fue la principal causa de deterioro de la calidad de los activos en el sistema bancario”, refirió.
No obstante, manifestó que la mezcla del portafolio de la banca, tiene un componente muy fuerte de carteras de alta calidad crediticia como el crédito a empresas, además de que el destinado a gobierno ha representado alrededor del 10% de la cartera de manera constante, y tiene una morosidad bastante estable muy cercana al 0%.
“Consideramos que esta mezcla ayuda a limitar, tradicionalmente, el impacto de los vaivenes económicos e inflacionarios en el país”, expresó.
Segmento de créditos personales, de los más sensibles
En su análisis, Moody’s precisó que, ante esta situación, habrá carteras más beneficiadas que otras, dado que los segmentos, por ejemplo, de préstamos personales y créditos para la adquisición de bienes muebles (como electrodomésticos), son más sensibles a la inflación.
Esto, puntualizó, debido a que los acreditados tienden a emplearse más en el sector informal, además de que las condiciones de financiamiento, tanto en plazos como en tasas, suelen ser menos favorables en este tipo de créditos.
“Dadas estas características, entornos inflacionarios afectan en mayor medida tanto el costo de crédito en estos portafolios, como el ingreso real y capacidad de pago de los acreditados”.
Falta ver cómo maduran algunos créditos
Moody’s expresó que aunque el crédito al consumo ha tenido una evolución sólida, también es cierto que falta que muchos de estos préstamos maduren, además de que el Banco de México (Banxico) sigue detectando ciertos riesgos para la inflación, por lo que ha mantenido la tasa de referencia en 11.25% y se espera que así siga por un tiempo prolongado, lo que se reflejaría en las tasas activas en algunos de los créditos de la banca.
“Esto seguiría presionando la capacidad de pago de los consumidores, especialmente en los segmentos de créditos personales y para la adquisición de bienes muebles”, concluyó.