No se veía por dónde Universidad pudiera revertir la situación; el técnico Rafael Puente hizo ajustes, movió lo que creyó que podía mejorar su juego
“¡Fuera Rafa!” Es el grito que retumbó en el Estadio Olímpico Universitario después de que un rival aparentemente débil evidenciara y humillara a unos Pumas que, por más que hacen, no mejoran y que ahora tiene que lidiar con la derrota 2-4 que les dejó el Puebla.
La victoria de Pumas sobre Mazatlán (1-2) parecía haber sido sólo un espejismo, pues recibieron al Puebla y lo poco que habían levantado, se desmoronó.
Es cierto que pegaron primer en el marcador (13′) con el gol que anotó Gustavo del Prete, pero poco les duró el gusto, ya que al minuto 20 empezó la debacle auriazul.
En su segundo partido en la Primera División, el canterano Héctor Ramírez salió expulsado del juego, dejando a su equipo en franca desventaja que terminó pasándoles factura, ya que Puebla en tan sólo cinco minutos (30′ y 35′) por medio de Omar Fernández y Ángel Robles, le dio la vuelta al marcador.
No se veía por dónde Universidad pudiera revertir la situación; el técnico Rafael Puente hizo ajustes, movió lo que creyó, podía mejorar su juego, pero parte de la solución llegó vía uno de sus hombres más talentosos: Eduardo Salvio, quien después de una serie de rebotes, parado en la media luna, con un derechazo, puso la pelota en lo más profundo de la portería poblana. Ya estaban empatados a dos.
Pero todo empeoró y de paso Juan Ignacio Dinenno falló dos claras que pudieron cambiar la historia felina. La igualada se conservó por poco tiempo hasta que ante una mala marca puma, Ángel Robles se volvió a hacer presente en el marcador, pues anotó el tercer gol de La Franja, que terminó con cuatro goles a favor, pues Federico Mancuello puso la cereza en el pastel.
Y mientras Puebla salió feliz, Rafael Puente se dio el lujo de debutar al canterano Gael Rodríguez, que pasó sin pena ni gloria luego de la derrota que generó el abucheo de la gente, la cual exigió a gritos la salida del entrenador y le dio la espalda a su equipo en plena Goya.