Un mexicano, padre de cinco hijos, que había sido deportado en 2020 “por error” podrá permanecer legalmente en Estados Unidos junto a su familia en Colorado luego de recibir su residencia permanente tras 16 años de gestiones, anunció el Comité de Servicios de Amigos Americanos (AFSC) de este estado.
“Estoy muy agradecido con nuestra comunidad por su apoyo y con mi familia, especialmente con mi esposa que ha trabajado tan duro y nunca se ha dado por vencida. Hoy celebro un nuevo futuro. Estoy en casa para quedarme con mi familia, a donde pertenezco. Hemos alcanzado la victoria final en mi caso”, dijo Jorge Rafael Zaldívar.
Zaldívar, de 47 años, con cinco hijos estadounidenses y sin antecedentes penales, llegó a Estados Unidos en 1997.
En 2019 Zaldívar tenía la opción de buscar santuario en una iglesia local en vez de presentarse a su cita con el Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) en noviembre de ese año. El mexicano, sin embargo, cumplió con la cita, donde fue arrestado y trasladado al centro de detención de inmigrantes de ICE en Aurora, al este de Denver.
Dos meses después fue deportado. Durante ese tiempo, Zaldívar perdió 9 kilos, sufrió de depresión y se agravó su diabetes, según explicó en aquel momento su esposa Christina, ciudadana estadounidense.
Ambos se casaron en 2005 y ella inmediatamente inició los trámites migratorios a favor de su esposo, pero el pedido fue denegado por las autoridades de inmigración. A pesar de ello, Zaldívar decidió permanecer en Estados Unidos.
Luego, en 2008, el mexicano se vio involucrado en un accidente de tráfico que los perjudicó cuando se presentó un nuevo pedido para quedarse en Colorado.
En 2017, ICE le confirmó que había habido un “mal manejo” de su caso, por lo que caso se reabrió y Zaldívar comenzó a asistir a sus encuentros programados con agentes de inmigración. Contrariamente a lo esperado, el mexicano fue detenido y deportado.
Su suerte cambió en octubre de 2022 cuando se le permitió reingresar al país y luego, en diciembre pasado, tuvo una audiencia ante un juez de inmigración en la que un nuevo abogado defensor presentó “evidencia que antes no había sido escuchada”.
La estrategia dio resultado y Zaldívar ahora podrá finalmente estar junto a sus hijos “sin incertidumbres“.
Sin embargo, los vaivenes de su situación inmigratoria causaron decenas de miles de dólares y muchas noches sin dormir para una “familia destrozada” que de otra manera “podría haber vivido en paz”, recordó.
Por su parte, Gabriela Flora, directora de programas del AFSC en Colorado, sostuvo que los Zaldívar quedaron “atrapados un sistema inmigratorio bizantino y deshumanizador” que debería ser reemplazado por un nuevo sistema que “reconozca la dignidad humana de nuestros seres queridos y vecinos con caminos claros hacia la ciudadanía.”