“LA PAZ NO SÓLO ES AUSENCIA DE BALAS”, ADVIERTE EL OBISPO DE APATZINGÁN

Cristóbal Ascencio García, obispo de Apatzingán, reveló que la comunidad de la zona de Tierra Caliente en Michoacán está en proceso de recuperar la calma tras el fin de semana violento en el que se registraron tiroteos y la quema de negocios y vehículos.

En entrevista con Joaquín López-Dóriga para Grupo Fórmula, monseñor Cristóbal Ascencio García detalló que a lo largo del lunes y el martes se comenzó a normalizar el ambiente.

Yo valoro mucho la valentía de las personas. El domingo pasado celebré dos misas, una en catedral, como cada domingo la celebro. Cuando venía a la catedral, son siete u ocho cuadras, vi las calles vacías; dije: ‘pues no va a haber gente, voy a ver si al menos con el sacristán celebro la eucaristía‘. Mi sorpresa fue grata al ver la catedral. No las mismas personas que los domingos vienen, porque sí le cabe mucha gente a mi catedral, le caben unas 900 personas sentadas; había como 30 por ciento menos, como 500 o 600 personas”, contó el prelado.

El obispo de Apatzingán atribuyó a la fe la voluntad de las personas de su comunidad para seguir adelante y trabajar “por la fraternidad que Jesucristo nos enseñó, el ser verdaderos hermanos”.

Yo creo que es lo mismo que les da la paz a ellos que a mí. Desde luego las personas se cuidan y saben cuidarse, pero salieron por el Señor, para encontrarnos con él, ellos y yo salimos de nuestras casas para encontrarnos con él. Y el señor nos da la paz, eso es maravilloso. Eso no se entiende si no se tiene la fe en aquel que vive y que venció la injusticia, que venció la buena muerte y vive entre nosotros”, manifestó.

Monseñor Cristóbal Ascencio García aseguró que a partir del lunes las tensiones disminuyeron en la zona de Tierra Caliente con la presencia de fuerzas locales, estatales y federales; aun así, no descartó que pudiera haber alguna acción violenta por parte de algún grupo criminal, y dejó en claro que hay otros problemas de seguridad además de los tiroteos.

Desde luego sería una vida muy diferente si tuviéramos la paz tan deseada y tan ausente. Porque yo entiendo que la paz no sólo es ausencia de balas, de balaceras. No podemos hablar de paz mientras siga habiendo ese cobro de piso tan desmesurado. No podemos llamar paz a donde los empresarios, los pequeños comerciantes, los tortilleros, las gasolineras, tienen que rendir, yo le llamo un ‘doble impuesto’, porque además de pagar el impuesto al gobierno, tienen que pagarle al grupo o a los grupos (criminales)”, manifestó.

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