Varias provincias turcas, víctimas del terremoto del pasado 6 de febrero han sido ahora azotadas por importantes inundaciones.
Al menos catorce personas han muerto y cinco están desaparecidas, quedando anegados campamentos donde se refugiaban los supervivientes de los seísmos.
El pronóstico meteorológico indica que las lluvias continuarán en la zona y advierten de la posibilidad de que las inundaciones afecten también a Diyarbakir, otra de las provincias damnificadas por los seísmos que han dejado a miles de personas sin vivienda.