El presidente de China, Xi Jinping, inició este lunes en la capital rusa una vista de Estado de tres días de duración –en su primer viaje a otro país después de su reciente reelección para un tercer mandato– con una reunión “cara a cara” en el Kremlin con su colega ruso, Vladimir Putin, que duró cuatro horas y media.
Los mandatarios se regalaron una tarde/noche –la plática siguió en una cena informal– en que, a puerta cerrada y con la sola presencia de los respectivos intérpretes, pudieron hablar, con la franqueza que da llamarse en público “querido amigo”, de los temas más relevantes de la agenda bilateral y de la situación internacional.
Al dar la bienvenida a Xi, en la parte abierta transmitida por la televisión rusa, Putin destacó que Rusia y China “tienen muchos objetivos y tareas conjuntas”, mientras el presidente chino subrayó que “la relación bilateral tiene una lógica histórica” cual corresponde a “los vecinos más grandes y socios estratégicos” que son.
El anfitrión destacó que China “siempre adopta una posición justa y equilibrada” frente a los problemas más acuciantes en el ámbito mundial y “se basa en los principios de observancia de los postulados fundamentales del derecho internacional”.
Al respecto, el titular del Kremlin mencionó que “hemos estudiado detenidamente sus propuestas para resolver la grave crisis en Ucrania y, por supuesto, tendremos la oportunidad de debatir esto”.
La iniciativa de paz –que presentó China al cumplirse el primer aniversario de la guerra, el 24 de febrero anterior– consta de doce puntos indispensables para dirimir en la mesa de negociaciones y no en los campos de batalla las controversias de cualquier conflicto armado, no sólo del que enfrenta a Rusia y Ucrania, pero casi un mes después de hacerse público el documento Moscú y Kiev sólo aceptan los planteamientos básicos que se corresponden con sus intereses, sin tomar en cuenta los del otro.
De acuerdo con Putin, al defender posiciones coincidentes en la agenda internacional, Rusia y China “contribuyen a fortalecer los principios fundamentales del orden mundial y la multipolaridad”.
Para este martes se programaron las actividades oficiales de la visita de Xi, todas tendrán como escenario distintas salas del Kremlin: encuentro en formato reducido con asesores y ministros; reunión ampliada de las delegaciones; ceremonia de firma de documentos, principalmente de convenios, acuerdos y memorandos de intenciones en materia de cooperación económica entre ambos países; declaración ante la prensa; y cena de Estado.
Putin y Xi se han reunido 40 veces en los últimos diez años, lo cual da una idea de la importancia que conceden a estrechar la relación bilateral y a mostrar una sólida imagen de unidad.
Esta vez no será la excepción, tomando en cuenta el apoyo que representa China en el actual contexto de sanciones occidentales impuestas a Rusia y el deseo compartido de exhibir un frente común contra Estados Unidos y sus aliados.
REACCIONES CONTRA LA CPI
En otro orden de cosas, el Comité de Instrucción de Rusia (CIR) abrió este lunes una causa penal contra el fiscal y los jueces de la Corte Penal Internacional (CPI), que el viernes anterior emitieron una orden de arresto contra el presidente Vladimir Putin y la comisionada del presidente de Rusia para los Derechos del Niño, María Lvova-Belova.
El CIR atribuye al fiscal Karim Ahmad Khan “inculpar de haber cometido un delito muy grave a una persona inocente” y a los jueces Tomoko Akane, Rosario Salvatore Aitala y Sergio Gerardo Ugalde Godínez “haber emitido una orden de detención ilegal contra un representante de un Estado extranjero que goza de inmunidad”.
El vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dimitri Medvediev, volvió a arremeter contra la Corte Penal Internacional en un nuevo mensaje en las redes sociales. Después de afirmar el pasado fin de semana que la orden de arresto de Putin y de Lvova-Belova sólo servía como papel higiénico, este lunes amenazó con lanzar un misil sobre el edificio de la CPI en La Haya.
“Los jueces de la CPI se pasaron de la raya. Se quisieron mostrar muy machitos, miren no nos cagamos (sic) y nos lanzamos contra una superpotencia nuclear. (…) No es descabellado imaginar que un misil hipersónico puede salir de un buque del mar del Norte y hacer pedazos el edificio de la corte en La Haya. No es posible derribarlo, lamentablemente. Y la corte es sólo una organización internacional intrascendente, y no la población de un país de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte). Por eso, no van a empezar una guerra. Les daría miedo. Y tampoco van a sufrir por ustedes. Así que, señores jueces, miren con atención hacia el cielo…”, escribió Medvediev en su cuenta en Telegram.