El asesinato de los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar, junto con el guía de turistas Pedro Eliodoro Palma, no ha sido el único hecho adjudicado a José Noriel Portillo Gil, “El Chueco”, pues se le reconocía como el responsable de otros homicidios y delincuencia organizada.
“El Chueco”, nacido el 12 de mayo de 1992 en la comunidad de Urique, Chihuahua, es un criminal ampliamente conocido por las autoridades estatales, ya que dirigía una célula del grupo delictivo “Gente Nueva”, considerado como el brazo armado y operativo del Cártel de Sinaloa en el estado.
Por el asesinato de los dos sacerdotes jesuitas y el guía de turistas en la Sierra Tarahumara, la Fiscalía de Chihuahua ofreció una recompensa de hasta 5 millones de pesos a quienes aporten información que lleve a su captura.
Mientras que el Gabinete de Seguridad federal activó desde entonces la cédula de búsqueda a través de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana que le atribuía el delito de homicidio calificado.
Asimismo, a través de un comunicado, el Instituto Nacional de Migración (INM) informó que a petición de la Fiscalía General del Estado, se emitió una alerta migratoria a nombre de José “N”, El Chueco, con el fin de evitar que se sustrajera de la acción de la justicia al estar imputado por varios delitos.
Sin embargo, a José Noriel Portillo Gil se le vinculaba con varios delitos de alto impacto.
Fue en 2018 cuando “El Chueco” se convirtió en uno de los criminales más buscados por el gobierno de Chihuahua, al ser señalado como principal sospechoso en el asesinato de Patrick Braxton-Andrews, un maestro de Español que viajó desde Estados Unidos para vivir en la entidad.
El entonces gobernador, Javier Corral, informó que el 28 de octubre del 2018 Patrick Braxton-Andrews fue visto por última vez en el lugar conocido como La Playita; detalló que José Noriel Portillo Gil conoció al profesor en una fiesta de “malandros” horas antes de su desaparición.
Según indicaron las autoridades, Patrick Braxton-Andrews habría sido confundido por el Chueco como un agente de la Administración de Control de Drogas (DEA), debido a los recorridos que el maestro hizo a dos zonas ubicadas en la orilla del río y por las preguntas que hacía.
Además, era investigado por la desaparición y muerte del activista Cruz Soto Caraveo, representante del Colectivo de Familias Desplazadas Forzosamente en la Sierra Tarahumara, ocurrida el pasado 20 de octubre del 2019.
El activista fue privado de la libertad el domingo 13 de septiembre de 2019 por un grupo de hombres armados que lo interceptaron en la localidad de Témoris en el municipio de Guazapares.
Las autoridades tenían conocimiento de que el activista recibió amenazas previas por parte de civiles armados y que desde hace años se encontraba desplazado, luego que un grupo delictivo lo despojó de sus tierras y lo convirtió en un sembradío de marihuana y amapola.
En su momento, la Fiscalía de Chihuahua afirmó que desplegó un operativo por tierra y aire para localizar a Cruz Soto, cuya desaparición se atribuyó a la célula del Cártel de Sinaloa en ese estado, Gente Nueva, a cargo de “El Chueco”.
Hoy, las autoridades confirmaron que “El Chueco” fue asesinado en Choix, en el vecino estado de Sinaloa.