El Gobierno mexicano elevó este martes a 40 el número de migrantes muertos por un incendio en una estación del Instituto Nacional de Migración (INM) en Ciudad Juárez, en la frontera con Estados Unidos.
Aunque el presidente, Andrés Manuel López Obrador, había informado del deceso de 39 migrantes en su rueda de prensa matutina, el portavoz de la Presidencia de México, Jesús Ramírez Cuevas, precisó que la cifra de fallecidos es de 40.
“El presidente López Obrador lamentó el fallecimiento de 40 migrantes por el incendio de un albergue en Ciudad Juárez, Chihuahua”, expuso Ramírez Cuevas en sus redes sociales.
El mandatario detalló antes que el incidente ocurrió a las 21.30 horas (04.30 GMT) en Ciudad Juárez, en la frontera con la ciudad estadounidense de El Paso, Texas, donde primero hubo un saldo inicial de 37 fallecidos, la mayoría de ellos de Centroamérica y Venezuela.
López Obrador responsabilizó a una protesta de migrantes por el incendio.
“Esto tuvo que ver con una protesta que ellos iniciaron, a partir, suponemos, de que se enteraron de que iban a ser deportados, movilizados y, como protesta, en la puerta del albergue pusieron colchonetas y les prendieron fuego”, declaró.
El mandatario “informó de que el siniestro se produjo a causa de una protesta y que el director del INM (Francisco Garduño) y la FGR (Fiscalía General de la República) ya investigan para deslindar las responsabilidades”, según remarcó Ramírez Cuevas.
Antes del incidente, los agentes del INM habían hecho un operativo para retirar de las calles a migrantes que piden limosna.
La presencia de migrantes en la zona se ha intensificado este año desde que Estados Unidos anunció nuevas medidas, que incluyen la deportación inmediata de migrantes de Haití, Venezuela, Nicaragua y Cuba que lleguen por tierra bajo el Título 42.
El Gobierno mexicano también ha afrontado críticas de organizaciones de derechos humanos por aceptar las políticas estadounidenses y desplegar a más de 20.000 efectivos de las Fuerzas Armadas en las fronteras para tareas migratorias.
Según organizaciones civiles mexicanas, 2022 fue el año más trágico para los migrantes en México, pues unos 900 murieron en el intento de cruzar sin documentos desde el país hacia Estados Unidos.