En medio de un arranque de año fuerte, pero aún con la incertidumbre de una posible recesión en Estados Unidos, el Banco Mundial modificó al alza su expectativa de crecimiento para México este año en 0.6 puntos porcentuales.
De acuerdo con la revisión del organismo internacional, México crecerá 1.5% este año, un dato mejor a la tasa de crecimiento de 0.9% que proyectó previamente.
La mejora en la proyección de crecimiento por parte del organismo a cargo de David Malpass se da ante un impulso de las exportaciones a Estados Unidos y Canadá, con quien México mantiene el T-MEC.
Dentro del análisis, el Banco Mundial destacó que si bien en la región latinoamericana se ha observado, en los últimos 10 años, una disminución en los flujos de Inversión Extranjera Directa (IED), México es la excepción
“La IED a la región disminuyó tanto en términos absolutos como en proporción del creciente flujo hacia el mundo en desarrollo, cayendo 16.4% y 9.5 puntos porcentuales de partición en la IED total a mercados emergentes desde el 2010. La IED aumentó casi 40% en México en los últimos 10 años, mientras que en América del Sur cayó 9%”, indicó el organismo.
Si bien hay una mejora en el pronóstico de crecimiento, la proyección del Banco Mundial se ubica a la mitad del estimado puntual de 3% que tiene la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) este año.
La incertidumbre mundial aumenta, y si bien el mundo desearía poder dejar atrás el Covid-19, persiste la amenaza de nuevas variantes y enfermedades. Fortalecer la resiliencia, tanto en los frentes sanitario como macroeconómico, sigue siendo primordial”, destacó el Banco Mundial al referirse a la región Latinoamericana.
En el caso del 2024, que será el último año de gobierno de López Obrador, el organismo espera un crecimiento de 1.8%, también menor al estimado de 3% que proyectó en días pasados Hacienda.
En tanto, el Banco Mundial prevé que el gobierno entrante empiece su gestión con un crecimiento de 2.0% en el 2025.
Nearshoring y crecimiento verde
Para este año, el BM espera que la región latinoamericana crezca 1.4%, en medio de los aún altos niveles de inflación, alzas en las tasas de interés e incertidumbre económica, menor al dato previo de 1.6% estimado. En tanto, para el siguiente año, el crecimiento sería de 2.4 por ciento.
“La región en gran medida se ha recuperado de la crisis de la pandemia, pero lamentablemente ha vuelto a los bajos niveles de crecimiento de la década anterior”, afirmó Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe.
Insistió en que el crecimiento estimado para este año y el próximo es “demasiado poco para lograr progresos significativos en la reducción de la pobreza”.
Para el organismo internacional, la región puede impulsar su crecimiento no sólo a través de la resiliencia, sino también del llamado nearshoring, es decir, la relocalización de empresas, y la industria verde.
“La región, en gran medida, se ha recuperado de la crisis de la pandemia, pero lamentablemente ha vuelto a los bajos niveles de crecimiento de la década anterior”, dijo Jaramillo.
En este sentido, agregó que los países deben acelerar el crecimiento inclusivo, para que todos se beneficien con el desarrollo.
“Esto requerirá mantener la estabilidad macroeconómica y aprovechar las oportunidades que hoy ofrece la integración comercial”.
Si bien este año se espera crecimiento para la región, el BM insistió que la tasa de crecimiento está en los mismos niveles que se crecía en el 2010.
“La región sigue siendo una de las menos integradas, mientras que la apertura comercial y la IED se han estancado o han disminuido en la mayoría de los casos durante los últimos 20 años; los países deben encontrar formas de ganar atractivo y aprovechar la tendencia hacia la relocalización de empresas. Además, aprovechar su extraordinaria ventaja comparativa en la producción de energía sostenible, los productos básicos necesarios para las industrias verdes emergentes y su capital natural único ofrece una nueva fuente potencial de crecimiento, pero esto requerirá políticas para facilitar el acceso a los mercados globales, capital y tecnología”, dijo William Maloney, economista jefe para América Latina y el Caribe del BM.