Después de jurar el cargo y recibir por parte del presidente saliente, Pere Aragonés, la medalla de la presidencia, Illa dijo en su discurso de posesión: «Heredo un legado depositario de los anhelos las esperanzas y la voluntad de gobierno de la voluntad de gobierno de Catalunya».
En un acto breve Illa expresó su deseo de que todos los ciudadanos se sientan representados por la Generalitat y de erradicar “los planteamientos divisivos, demagógicos y populistas que ponen en riesgo la convivencia y la unidad civil”.
El socialista fue investido el jueves como nuevo presidente catalán en el pleno del Parlament, con el apoyo del partido socialdemócrata independentista Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y los Comuns, partido de izquierda no independentista.
La vicepresidenta primera del gobierno español y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, manifestó que el Partido Socialdemócrata y Obrero de España (PSOE) «apoya y avala» el acuerdo pactado entre Partido Socialista de Cataluña (PSC) y el ERC para investir al socialista Salvador Illa al frente de la Generalitat.
Desde Barcelona, donde asistió a la toma de posesión de Illa, Montero señaló que socialistas y republicanos «deberán ser capaces de concitar el acuerdo con el resto de los partidos del arco parlamentario» para aprobar las modificaciones legales necesarias para implementar el esquema de financiación singular pactado.
La tarea de negociar el nuevo sistema de financiación autonómica por parte de la Generalitat, punto clave en el acuerdo que llevó a Illa a la presidencia de Cataluña, recaerá en Alícia Romero, actual portavoz del grupo del PSC en el Parlament y mano derecha del presidente, será la nueva consejera de Economía y Hacienda de la Generalitat, uno de los puestos de mayor responsabilidad.
Romero ha sido una de las figuras clave en la negociación entre el PSC y Esquerra, y responsable de los temas económicos de su partido en el Parlament de Catalunya.