Hasta hace poco tiempo, Shan Hanes parecía llevar una vida normal. Este estadounidense de poco más de 50 años era una persona respetada en el ámbito bancario de Kansas. Lideraba el Heartland Tri-State Bank y en el pasado había formado parte de la Asociación Estadounidense de Banqueros. Pero en determinado momento su vida entró en declive.
Como recoge CNBC, en algún momento de los últimos años cayó en un fraude de criptomonedas conocido como “carnicería de cerdos”. Los estafadores convencen a la víctima de que recibirán ganancias extraordinarias invirtiendo en criptomonedas, y le obligan a aumentar el riesgo. Hasta que en un momento desaparecen con el dinero.
Estafa, ambición y condena
Hanes comenzó “invirtiendo” sus fondos personales. Aparentemente cegado por el timo se encontró ante la necesidad de conseguir más dinero para “desbloquear mayores recompensas”. El paso siguiente fue utilizar el dinero que estaba destinado a los estudios universitarios de su hija y ese fue un punto de no retorno en el que solo fue por más dinero.
Como director ejecutivo de un banco, utilizó su poder dentro de la organización para realizar transferencias ilícitas, alcanzando fondos de pensiones y cuentas de inversiones varias. En 2023 se encontraba transfiriendo decenas de millones de dólares a cuentas de los estafadores sin ver ganancia alguna, después de todo se trataba de una estafa.
Shan Hanes robó 47 millones de dólares del banco.
La presumible combinación de ambición y desesperación llevó a Hanes a pedirle a una persona conocida que acababa de superar un cáncer que pidiera un préstamo de 12 millones de dólares en su nombre. Por este favor le daría 1 millón de dólares. Al fin y al cabo, la actividad de Hanes propició una investigación que acabó, literalmente, condenándolo.
Después de meses de pericias donde participó el FBI y otras agencias, Hanes acaba de ser condenado a pasar 293 meses de prisión (24 años) por robar 47 millones de dólares. «La codicia de Hanes no conocía límites. Violó sus obligaciones profesionales, sus relaciones personales y la ley federal”, dijo la fiscal federal Kate E. Brubacher.