El Ejército sudanés envió el sábado a su fuerza aérea contra los paramilitares que dicen haber tomado el control del aeropuerto y del palacio presidencial de Jartum, en el episodio más violento de la rivalidad entre los dos generales en el poder desde el golpe de Estado.
Las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) del general Mohamed Hamdan Dagalo, conocido como “Hemedti”, afirman tener en su poder el aeropuerto internacional y el palacio presidencial y llaman a toda la población, incluidos los soldados, a volverse contra el Ejército.
El Ejército, dirigido por el general, Abdelfatah al Burhan, líder de facto de Sudán desde su golpe de Estado del 25 de octubre de 2021, declaró que su fuerza aérea estaba llevando a cabo “operaciones” contra el “enemigo”.
En Jartum, los reporteros de la AFP escucharon sobrevuelos sobre bases de las FAR mientras el Ejército publicaba en su cuenta de Facebook una foto de una de ellas en llamas en el sur de Jartum.
Los dos bandos se enfrentaron también en torno a la sede de los medios de comunicación estatales, según declararon testigos a la AFP.
En pocas horas, las FAR anunciaron que habían tomado el aeropuerto internacional de Jartum, en el corazón de la capital, y después el palacio presidencial donde suele sentarse el general Burhane, así como el palacio reservado a los invitados de Estado, un aeropuerto en el norte del país y “otras bases en diferentes provincias”.
El Ejército niega la toma del aeropuerto, pero afirma que las FAR “se infiltraron e incendiaron aviones civiles, entre ellos uno de Saudi Airlines”. También afirma que sigue teniendo el control de su cuartel general.
Desde hace días, la calle bulle con rumores de una inminente guerra de guerrillas entre ambos bandos. El sábado por la mañana, Jartum se despertó con el sonido de disparos de armas pesadas y ligeras y explosiones casi ininterrumpidas.
Los paramilitares denuncian, ahora, el anterior golpe de Estado
En el momento del golpe de Estado, Hemedti y Burhan habían unido sus fuerzas para expulsar a los civiles del poder. Pero con el tiempo, Hemedti, muchos de cuyos hombres son ex milicianos entrenados en combate en la región de Darfur (oeste), ha seguido denunciando el golpe.
Recientemente, se ha puesto del lado de los civiles y, en consecuencia, en contra del Ejército en las negociaciones políticas, bloqueando los debates y, por tanto, cualquier solución a la crisis de Sudán.
En este sentido, las FAR han hecho un llamamiento a la población para que “se una a ellas” y han dicho a los militares que “no se dirigen contra ellos, sino contra sus mandos, que los utilizan para permanecer en su trono, aunque ello suponga poner en peligro la estabilidad del país”.
“Como todos los sudaneses, me mantengo a salvo”, tuiteó el embajador estadounidense John Godfrey.
Los habitantes están enclaustrados en sus casas. Los combates han causado hasta ahora la muerte de, al menos 57 personas. Cientos han resultado heridas según el sindicato de médicos que prevé que las cifras aumenten.
“Como todos los sudaneses, me mantengo a salvo”, tuiteó el embajador estadounidense John Godfrey.
“La escalada de las tensiones entre los militares hasta la confrontación directa es extremadamente peligrosa. Hago un llamamiento a los altos mandos militares para que pongan fin a los enfrentamientos inmediatamente”, escribió.
Las cancillerías y las fuerzas políticas afirman que llevan varios días mediando, hasta ahora sin éxito.
Discrepancias por la integración de los paramilitares en el Ejército
El jueves, el Ejército ya denunció un “peligroso” despliegue de paramilitares en Jartum y otras ciudades sin “la más mínima coordinación con el mando de las fuerzas armadas”.
Durante días, mientras los civiles y la comunidad internacional tenían que aceptar un nuevo aplazamiento de la firma de un acuerdo político que supuestamente sacaría al país del punto muerto, por las diferencias entre los dos generales, los vídeos mostraban la llegada de numerosos tanques y hombres a diferentes ciudades, incluida la capital Jartum.
Las diferencias entre los dos hombres fuertes versan esencialmente sobre el futuro de los paramilitares, la vuelta a la transición democrática queda suspendida a su integración en las tropas regulares.
El Ejército no rechaza esta integración pero quiere imponer sus condiciones de admisión y limitar en el tiempo de incorporación de las milicias paramiltares. El general Mohamed Hamdan Dagalo, exige, en cambio, una amplia inclusión y sobre todo su puesto en el Estado Mayor.
La vuelta a la transición es exigida por la comunidad internacional para reanudar la ayuda a Sudán, uno de los países más pobres del mundo.