El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, se mostró este viernes convencido de que Ucrania está lista para lanzar una contraofensiva que le permita recuperar territorios ocupados por las tropas invasoras rusas.
Un año después de su creación, el grupo de países que apoya militarmente a Ucrania se convirtió “en una extraordinaria comunidad de acción”, que permitió lograr “avances impresionantes” en el terreno, aseguró el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, instó el jueves a sus aliados occidentales a enviar más aviones de combate y misiles de largo alcance.
Zelenski hizo sus peticiones directamente a Stoltenberg, que visitó Kiev antes de dirigirse a Ramstein.
“Juntos nos aseguraremos de que Ucrania tenga todo lo que necesita”, declaró Austin, mientras anunciaba la entrega próxima de tanques pesados Abrams a Alemania para poder formar a soldados ucranianos antes de su despliegue en el campo de batalla.
Zelenski solicitó la ayuda de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) para “superar las reticencias” de algunos Estados miembros a la hora de proporcionar cohetes de largo alcance, aviones de combate modernos y vehículos blindados.
“BATALLA DE DESGASTE”
Algunos miembros de la OTAN enviaron a Ucrania cazas de la era soviética, pero de momento ningún avión moderno, como el F-16 de diseño estadounidense, a pesar de las peticiones de Kiev.
Los socios occidentales de Ucrania también se han mostrado reacios a enviar cohetes de largo alcance por temor a que Ucrania los utilice para atacar objetivos dentro de Rusia.
“Todos estamos convencidos de que lo que Ucrania necesita urgentemente es una capacidad de defensa aérea basada en tierra”, matizó Austin.
El jefe del Estado Mayor estadounidense, el general Mark Milley, argumentó por su parte que los rusos “disponen de un poder aéreo considerable”, por lo que “equiparar la fuerza aérea ucraniana a la rusa exigiría un esfuerzo considerable”.
Pese a ello, Stoltenberg reconoció la necesidad de hablar de nuevas “plataformas” de apoyo en el conflicto y subrayó la necesidad de garantizar que las armas ya suministradas sigan funcionando.
“Ahora esto es una batalla de desgaste y una batalla de desgaste se convierte en una guerra de logística”, dijo el jefe de la OTAN.
Los representantes ucraniano, polaco y alemán se pusieron a su vez de acuerdo para implementar un “centro de reparación conjunto en Polonia” para los tanques Leopard 2, anunció el ministro alemán de Defensa, Boris Pistorius.
La reunión de Ramstein provocó la ira de Moscú contra los países occidentales.
El Ministerio ruso de Relaciones Exteriores dijo que esa iniciativa “confirma la participación directa [de esos países] en el conflicto y la participación en la planificación de operaciones militares”.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, también acusó a la OTAN de intentar “absorber y arrastrar a Ucrania a la alianza” militar transatlántica, lo cual, según él, demuestra que Rusia tenía razón al “lanzar esta operación”, en febrero de 2022 para garantizar su seguridad.
DEFENSA ANTIAÉREA
Stoltenberg reveló que Ucrania ya recibió sistemas de misiles Patriot tierra-aire de estados Unidos y Alemania, sin especificar la cantidad.
Ucrania llevaba tiempo reclamando este material a sus aliados occidentales para defenderse de los ataques con misiles rusos y repeler la invasión.
En la región de Lugansk, en el este de Ucrania, periodistas de AFP vieron a un grupo de militares utilizando artillería suministrada por el Reino Unido.
Durante la visita de Stoltenberg a Kiev, el jefe de la OTAN subrayó que no es una prioridad inmediata la entrada de Ucrania en la alianza.
“Todos los aliados de la OTAN han acordado que Ucrania se convierta en miembro de la OTAN, pero el principal objetivo ahora es, por supuesto, cómo garantizar que Ucrania prevalezca”, declaró.
“Sin una Ucrania soberana e independiente, no tiene sentido hablar de la adhesión”, afirmó.
Los aliados de Kiev han proporcionado más de 55.000 millones de dólares en ayuda a la seguridad de Ucrania y más de 35.000 millones vinieron de Estados Unidos, según Lloyd Austin.