Cuando fue asesinada a golpes en Ciudad Juárez, el 30 de noviembre de 2021, tenía entre 45 y 50 años de edad, pero hasta ayer nadie sabía su nombre y nadie había reclamado su cuerpo ante la Fiscalía General del Estado (FGE).
Durante 577 días, su cadáver permaneció en el Servicio Médico Forense (Semefo), identificado sólo con el número “2492/2021/37” en el Sistema de Ingresos y Egresos de Cadáveres (SIEC), hasta que el viernes 30 de junio fue enviada a la fosa común como parte de la primera inhumación masiva de 2023, realizada por la Dirección de Servicios Periciales y Ciencias Forenses.
De acuerdo con la FGE, fueron 98 los cuerpos que ingresaron al Semefo entre 2020 y 2022, pero que no fueron identificados o reclamados por sus familiares y tampoco coincidieron con su banco de datos, por lo que fueron trasladados al Jardín 6 del Panteón Municipal San Rafael de Ciudad Juárez, en donde se encuentra la segunda área de la fosa común.
Según las necropsias que realizaron los médicos forenses, 51 de ellos murieron por causas naturales y 47 por cuestiones violentas. Del total, 89 eran hombres y nueve mujeres, tres de las cuales perdieron la vida de manera violenta, y de una más la causa de muerte no se pudo determinar.
La mujer de entre 45 y 50 años que duró 577 en el Semefo murió a causa de traumatismo craneoencefálico por politraumatismo, aproximadamente a las 3:00 de la mañana del 30 de noviembre de 2021. Horas después su cuerpo fue encontrado entre maleza, plásticos y basura, en un lote baldío en la carretera a Casas Grandes, en la colonia Granjas del Desierto. Y desde entonces nadie acudió a reconocerla.
Según la FGE, durante 2022 fueron tres las inhumaciones masivas que se llevaron a cabo en esta frontera, en los meses de junio, septiembre y diciembre, con 226 cuerpos enterrados en fosas individuales.
Otra de las víctimas permaneció 449 días “depositada” en el Semefo, pese a que la Fiscalía Especializada en Atención a Mujeres Víctimas del Delito por Razón de Género y a la Familia (FEM) difundió sus tatuajes y pidió la colaboración de la ciudadanía para identificarla.
Su cuerpo fue encontrado el 7 de abril de 2022 en el cruce de las calles Camino Real y Agustín Macías, en la colonia La Campesina, en donde fue reportado el hallazgo de una mujer de aproximadamente 20 a 25 años, cuya causa de muerte de acuerdo con la necropsia fue “asfixia por estrangulamiento”.
Cinco meses después, el 2 de septiembre, la FEM difundió su descripción y las imágenes de sus tatuajes; sin embargo, nadie acudió a reclamar su cuerpo, el cual fue identificado con el número “588/2022/37” en el SIEC.
El viernes también fue inhumado el cuerpo “1010/2020/37”, de una mujer de 35 a 40 años, quien fue encontrada sin vida el 28 de diciembre en la carretera Juárez-Porvenir y la avenida De las Naciones, en el poblado de San Agustín, pero cuya causa de muerte no se pudo determinar.
Como parte del protocolo correspondiente, personal de la Dirección de Servicios Periciales y Ciencias Forenses les tomó sus huellas y muestras para genética, les practicó exámenes técnicos y científicos que permitan su posible identificación, tomó fotografías de los cuerpos y de las prendas que vestían al ser encontrados, así como los análisis dentales.
Los 98 cuerpos fueron enterrados dentro de cajas de madera marcadas con el número SIEC, en las fosas individuales que forman las hileras de la fosa común, en el panteón ubicado a las afueras de la ciudad, en medio del desierto, lejos de la mancha urbana, sus familias y sus seres queridos; sin flores, llantos, recuerdos ni oraciones.