A cinco días del incendio en la estación provisional del Instituto Nacional de Migración (INM) donde murieron migrantes al no poder salir de las instalaciones, siguen filtrándose detalles acerca de las condiciones en que se encontraba el edificio.
Melissa Vértiz Hernández, directora de Asylum Access y Secretaría Técnica del Grupo de Trabajo sobre Política Migratoria, quien tuvo acceso a las instalaciones en una revisión de la agrupación el año pasado, describió que el lugar no contaba con rutas ni señales de evacuación; tampoco extintores o aspersores contra incendios en los techos, incluso las ventanas estaban obstruidas con tabla roca.
“El espacio era completamente cerrado, sin acceso a ventilación ni salida de emergencia. No puede ser posible, te dejan sin palabras. Estos espacios son cárceles y las condiciones inclusive en las que están esos lugares son peores que cárceles”, agregó Vértiz Hernández.
“El año pasado estuvimos en Ciudad Juárez porque hicimos visitas in situ y tuvimos la oportunidad de ingresar a la estación migratoria. Pudimos observar que no había señalamientos adecuados, no había extintores para en caso de incendio, tampoco había aparatos en el techo en casos de incendio. No había servicio médico, las rutas de evacuación no tenía, espacios cerrados con llave, pasillos estrechos y ventanas cubiertas con tabla roca”, detalló la activista.
Dijo que en entrevistas con migrantes retenidos en el lugar la constante era la falta de información, la falta de condiciones de vida digna. Las personas dormían, muchas de ellas, en el piso; igualmente no había condiciones de privacidad al tomar una ducha o al estar en el baño, apuntó.
“Una práctica constante en esta estación migratoria de Ciudad Juárez es el acoso que reciben por parte de las autoridades migratorias: de que ya los van a deportar. En el caso de que soliciten algún amparo o que se protejan con algún mecanismo les presionan para quitar esos mecanismos y los pueda deportar”, comentó.