La crisis que se suscitó en las últimas horas de vigencia del Título 42 ha terminado por el momento. Los cruces masivos de migrantes por el río Bravo hacia Estados Unidos cesaron, aunque los militares de ese país continúan extendiendo la malla de púas a lo largo del bordo del Río Grande.
A diferencia de los días anteriores en que miles de personas se introdujeron al caudal a pesar del riesgo, este día los puntos por donde se filtraban permanecieron solos y sin atisbo de intentos por parte de los sudamericanos, centroamericanos y mexicanos que siguen llegando a Matamoros, Tamaulipas.
En contraste, un grupo de 50 personas, todos con cita, ingresaron a Estados Unidos de manera legal por el Puente Nuevo como parte de la estrategia de las autoridades de ambos países para dar respuesta ágil a la demanda de asilo por parte de las familias de diversas nacionalidades.
“Es población migrante que se encontraba en Matamoros desde hace algunas semanas y presentan un rango de vulnerabilidad conforme a los estipulado bajo el Título 8. Seguimos invitando que las personas busquen cualquiera de las opciones de forma legal y segura”, declaró el encargado de la Casa del Migrante “San Juan Diego”, José Luis Elías Rodríguez.
Niños y adultos fueron formados en el exterior del Instituto Nacional de Migración (INM) para ser conducidos hasta el citado cruce internacional y ser entregados a los agentes norteamericanos, sin que en el proceso hubiera algún contratiempo.
“Muchas emociones, mucha nostalgia, porque no sabemos qué va pasar allá, solo nos dijeron que es una oportunidad que tenemos para poder cruzar y no nos han dicho mayor cosa. Pero esperanzados en que hoy nos reciban y podamos empezar de cero en Estados Unidos”, expresó la venezolana, Yosleny Cubillan.
Con esta medida se pretende medir la capacidad del personal de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) para gestionar los casos, con la probabilidad de que incremente la asistencia y con ello el flujo sea mayor.
“Si CBP ve que tiene capacidad para más, ellos nos van a decir 60 o 70, pero ahorita quieren ellos arrancar con 50. Eso es lo que tenemos que transmitir a todos los migrantes, que se les va dar asilo político por parte de Estados Unidos”, informó el alcalde de Matamoros, Mario Alberto López Hernández.
Aunque las estampidas por el bordo del río Bravo han desaparecido, militares de Estados Unidos continúan limpiando la zona y acrecentando la cerca de alambre varios por varios kilómetros, sin descuidar la vigilancia constante a pie o en camionetas.
“Esperar la cita es muy duro estar aquí. Por mi cabeza pasan muchas cosas”, dijo el migrante Ángel Darío.
Los aspirantes caminaban de un punto a otro, algunos más sentados por la zona en grupos reducidos, y solo contemplaban las maniobras, pero ya no surgió la alternativa de alcanzar suelo norteamericano como en la etapa final del Título 42.