Un posible rompimiento entre células que conforman el grupo delictivo “La Empresa” es una de las líneas de investigación que sigue la Fiscalía estatal en el caso del ataque armado que dejó tres personas asesinadas y cuatro con lesiones la madrugada del sábado en el fraccionamiento Residencial Paraíso, ubicado en la calle Calzada del Río.
El objetivo de la agresión fue un hombre identificado como “El Negro”, un comerciante en el ramo restaurantero y propietario de un negocio de lavado de autos, entre otros.
Testimonios recabados en el lugar de los hechos indican que los agresores eran conocidos de las víctimas y departían juntos dentro de la propiedad, incluso, el hombre que fue blanco de la agresión estaba armado pero no alcanzó a defenderse.
Los policías investigadores dieron a conocer que dentro de la casa aseguraron armas largas, las cuales no fueron empleadas por las víctimas.El saldo de esta agresión fue de cuatro mujeres lesionadas, de 22, 28, 24 y 21 años, las cuales estaban conviviendo con el grupo de hombres, identificados como integrantes del citado grupo delictivo.
En la vivienda se encontraban varios adolescentes, los cuales resultaron ilesos, que eran hijos del comerciante asesinado.La propiedad donde quedaron los cuerpos esparcidos contaba con dos habitaciones insonorizadas y también fue asegurada cocaína que era consumida por las personas dentro de la vivienda.
Los hechos
El sábado a las 02:21 horas fueron reportadas las detonaciones por arma de fuego. Nueve minutos después llegó la primera unidad de Seguridad Pública a la casa número 57 de la calle Residencial Paraíso, del fraccionamiento con el mismo nombre.
Esta zona habitacional cuenta con una caseta de seguridad y es de acceso controlado, sin embargo, supuestamente el portón de entrada se descompuso por lo que sólo el guardia de seguridad estaba al pendiente del ingreso de los visitantes. Esta persona presuntamente se retiró del lugar tras el ataque.Los primeros respondientes observaron varios casquillos tirados en el suelo y manchas hemáticas desde la banqueta.
En el patio frontal observaron dos armas largas, color negro con gris, tiradas en el piso.El primer cuerpo era de un hombre que vestía una chamarra, un pantalón de mezclilla y tenis, todo en color negro. Dentro de la casa estaba otro hombre tirado en el piso, el cual vestía una chamarra color negro, pantalón de mezclilla color azul y tenis negros y en un cuarto habilitado como terraza quedó la tercera víctima en el piso y vestía una playera color negro, pantalón de mezclilla color azul y tenis negros.
Una de las mujeres lesionadas I.V.R.Z., de 22 años, presentó un impacto de bala en el pie derecho. E.K.S.R., de 28 años, recibió un impacto de bala con entrada en costado izquierdo y salida por la espalda; A.M.B.D. de 24, recibió dos disparos, uno en pierna derecha sin salida y otro en brazo izquierdo sin salida; mientras que M.G.V.P., de 21 años, presentó una lesión en la axila izquierda con salida por el tórax.
Las lesionadas llegaron por sus propios medios a un hospital privado, donde fueron entrevistadas por los policías investigadores. Mientras que en la casa, los agentes ministeriales encontraron un cuenco metálico que contenía cocaína, un cuaderno de contabilidad y una grabadora de voz.
Una vez resguardada la escena del crimen por los primeros respondientes, acudió el personal de la Dirección de Servicios Periciales que en poco más de nueve horas procesó las evidencias y casi al mediodía ordenó el traslado de los cuerpos al Servicio Médico Forense (Semefo), donde los médicos legistas practicaron las necropsias de ley.
Por la mañana se observó en el lugar que varias viviendas cuentan con cámaras de videovigilancia, incluso la caseta cuenta con este equipo y al parecer ya se tienen datos precisos del vehículo negro en el que viajaban los agresores.
Madre identifica a su hijo
De pie, junto a elementos de la Guardia Nacional, la abogada Gloria Luján observaba los movimientos de los investigadores en la escena del crimen. Para las 10 de la mañana la profesionista ya tenía la certeza de que entre las víctimas se encontraba su hijo Jesús Javier Quiñonez Luján, de 45 años, y quien pagó la nómina de los empleados del negocio de tacos y el car-wash propiedad de “El Negro”.
El viernes por la tarde fue el último día que la mujer vio a su hijo, cuando él le compró media docena de donas.“Yo sentí algo, lo abracé y lo besé, le di su bendición a mi hijo”, compartió la abogada que, pese a su dolor, aceptó una entrevista.Con su rostro inflamado a causa de las lágrimas derramadas, dijo que otro de sus hijos sufrió una crisis nerviosa y se convulsionó.
“Yo enviudé hace ocho años, me tuvieron que internar en un psiquiátrico a causa de mi dolor. En este momento estoy en mis cinco minutos de lucidez, yo no sé mañana”, agregó.Respecto a los hechos, dijo que ella sólo sabe que en esa casa vivía el hombre apodado “El Negrito”.“No sé cómo se llama, mi hijo estaba trabajando con él; tenía un car-wash y tenía un puesto de tacos, por lo que manejaba a varios empleados”, declaró.“Anoche me dijo ‘mamá ando muy cansado’ y le dije que no se fuera, que se quedara, y me dijo que regresaba al rato. Me llevó unas Krispy Kreme, yo sentía algo, lo abracé, lo besé y le di la bendición y me aseguró que regresaba más noche, pues sólo iba a liquidar a los empleados”, dijo la madre.
La abogada aseguró que investigará el caso hasta sus últimas consecuencias, al afirmar que no tiene miedo de represalias pues si sufre una agresión terminarán con el dolor que le causaron los sicarios.Hasta el cierre de esta edición, el resto de las víctimas permanecían en calidad de desconocidas.Juárez registra hasta este 9 de noviembre 27 asesinatos.