Hasta mil personas migrantes arribaron al día durante la semana pasada al comedor instalado en la Catedral Nuestra Señora de Guadalupe en Ciudad Juárez, algunas después de haberse bajado del tren de carga con golpe de calor, deshidratación o heridas.
La mayoría de los comensales tenían días e incluso horas de haber arribado a la frontera, después de viajar entre tres y cuatro días a bordo de “La Bestia” desde el Estado de México, por lo que niños y adultos llegaron con enfermedades como vómito y diarrea debido a la deshidratación y la mala nutrición, informó Cristina Coronado, coordinadora del comedor de la Sociedad Misionera de San Columbano en Ciudad Juárez.
Mientras que la última semana de julio y la primera de agosto el promedio diario de comensales fue de 300 a 400, el lunes 7 de agosto acudieron aproximadamente 400 personas, el martes la cifra aumento a más de 600, el miércoles sumaron casi 800 y el viernes la cifra alcanzó las mil personas, por lo que pidió el apoyo de la comunidad para reunir principalmente agua purificada, pan y voluntarios para servir a los migrantes.
“Mucha gente está llegando en muy mal estado, muchos vienen enfermos, con diarreas, con vómitos; (el viernes) fue un día muy movido, muy triste ver tantos niños enfermos, deshidratados; el jueves hubo una chica con golpe de calor, tuvieron que ponerle un torniquete de gasas en la nariz para que no siguiera desangrándose y la mandamos a la Casa del Migrante muy débil”, informó la activista religiosa.
Dijo que también se dio refugio durante el fin de semana a otra familia cuya hija llegó a la frontera con deshidratación y la mamá con un brazo enyesado, mientras que familias piden todos los días espacio en un albergue de la ciudad.
Durante el fin de semana, cientos de personas, principalmente de origen venezolano, arribaron a Juárez después de viajar a bordo de tres o cuatro trenes, a los cuales subieron en la Ciudad de México, Irapuato, Torreón y Chihuahua; algunas veces para viajar en las conexiones de los vagones o dentro de ellos, protegidos del sol con sábanas, y otras veces sobre los vagones.
Aunque en algunos sitios de Guanajuato, Aguascalientes y Chihuahua grupos de voluntarios les avientan agua y comida, muchos narran que en el camino se les termina el agua o se les calienta, por lo que tienen que dar prioridad a las niñas y niños.
Al llegar a la ciudad, la mayoría de los adultos que viajan solos no logran acceder a un albergue gratuito, por lo que tienen que dormir en la calle o cruzar el bordo del río Bravo/Grande para entregarse con los agentes de la Patrulla Fronteriza. Otros rentan algún espacio para trabajar y esperar a su cita a través de la aplicación CBP One para poder ingresar a Estados Unidos en busca de refugio.
Por medio de Iniciativa Catedral, diariamente, de lunes a viernes, se ofrece alimento, asesoría en la aplicación CBP One, traslado a albergues y otros programas como apoyo con despensas y refugio, a través de la Sociedad Misionera de San Columbano, grupos religiosos, la Organización Internacional para las Migraciones de las Naciones Unidas (OIM-ONU Migración), la Sociedad Hebrea de Ayuda al Inmigrante (HIAS, por sus siglas en inglés) y el Comité Internacional de Rescate (IRC).