SE MANTIENEN MIGRANTES FRENTE A ‘PUERTAS’ DE EU…

Alrededor de mil migrantes, divididos en dos campamentos, permanecían hasta ayer en las puertas de Estados Unidos con la esperanza de ser recibidos por la Patrulla Fronteriza del sector El Paso antes del fin del Título 42.

“Teníamos dos días sin tomar agua”, aseguraron dos migrantes venezolanos después de caminar por más de una hora sobre el bordo del río Bravo, desde el segundo campamento, ubicado en el marcador fronterizo número 42, hasta el primero, que se encuentra instalado en el marcador número 40, por donde decidieron cruzar el bulevar Juan Pablo II para volver a esperar en Ciudad Juárez.

Narraron que ambos cruzaron el domingo el río internacional que divide a México y a Estados Unidos, entre Ciudad Juárez y El Paso, y decidieron formar parte del campamento “de la puerta 42”, donde aseguraron que la Patrulla Fronteriza había procesado sólo a grupos de familias con menores de edad, quienes fueron trasladadas a sus instalaciones con la esperanza de ser liberadas en Estados Unidos y no ser expulsadas a través de otras fronteras.

Con el número 500 marcado en el antebrazo derecho con un plumón negro y después de permanecer dos días bajo el sol, con temperaturas de hasta 32 grados centígrados, sin agua y sin comida, los sudamericanos aseguraron que regresaron a Juárez porque continuarán trabajando mientras siguen buscando una cita a través de la aplicación móvil CBP One, para poder cruzar la frontera por un puerto de entrada oficial.

Después de abandonar los albergues o las casas de renta en Ciudad Juárez o directamente después de arribar a la ciudad a bordo del tren de carga, camiones de pasajeros o vía aérea, otras 500 personas permanecían ayer formadas junto a la llamada “puerta 40”, en donde aseguraron que las autoridades estadounidenses recogieron al último grupo de personas el martes 2 de mayo pero que continuamente les dicen que se formen porque van a recoger a un grupo.

“En la noche es mucho el frío y en el día nos deshidratamos”, dijo Joseph, quien aseguró tener cinco días acampando entre los barrotes de acero que forman el muro fronterizo y río Grande que se encuentra cercado con alambres de púas por el Gobierno de Texas, el cual doblaron en un pequeño tramo para poder cruzar la frontera de un lado a otro.

Frente al marcador número 40 fueron colocados dos baños portátiles, pero son insuficientes para los cientos de personas que permanecen ahí, por lo que la mayoría cruza el río de regreso para esconderse entre los arbustos e ir al baño.

Algunos migrantes han comenzado a ofrecerles cobijas por 5 dólares, o aguas, refrescos, empanadas venezolanas, arepas o galletas por 50 pesos; mientras que otros prefieren cruzar el bulevar Juan Pablo II para ir a comprar agua y alimentos a una tienda Del Río que se encuentra en el cruce con la avenida Villarreal Torres, o caminan un poco más para llegar hasta una tienda Oxxo y a un despachador de agua en donde llenan sus botellas y garrafones.

Ayer, mientras que agentes estadounidenses vestidos con ropa tipo camuflaje recorrían el bordo del río, migrantes de Venezuela, Colombia, Centroamérica y Turquía se marcaban nuevos números en la piel, con los cuales se organizaban en grupos de familias, mujeres y hombres solos.

“Viene mucha gente subiendo en el tren a la puerta 40, antes de que cabe el Título 42”, dijo un venezolano quien llegó a Ciudad Juárez la tarde del domingo y luego de tomar dos camiones de transporte público caminó más de 4 kilómetros hasta llegar al campamento.

El 21 de marzo de 2020, el entonces presidente Donald Trump determinó que debido a la existencia de Covid-19 en México y Canadá, “existe un grave peligro de que se introduzca más Covid-19 en los Estados Unidos”, por lo que prohibió la introducción total o parcial de personas o bienes de México y Canadá.

Bajo la Ley del Servicio de Salud Pública, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades y el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) empezaron a expulsar de forma exprés a México a las personas que entraran a Estados Unidos de forma irregular.

Durante el Gobierno de Joe Bien la política sanitaria continuó, pero ante el fin de la emergencia sanitaria, el Título 42 también culminará el próximo 11 de mayo a las 11:59 de la noche, por lo que a partir del primer minuto del viernes 12, Estados Unidos comenzará a deportar a quienes crucen sus fronteras sin la documentación necesaria para hacerlo, pero con consecuencias migratorias como la imposibilidad de tramitar el asilo político.

Para poder ser recibidos por las autoridades de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), los migrantes deben obtener una cita a través de la aplicación CBP One.

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