Los Detroit Lions rugieron con fuerza en casa y aplastaron 31-9 a los Minnesota Vikings, asegurando el título de la División Norte y el primer lugar en la Conferencia Nacional por primera vez en la historia de su franquicia. Con esta victoria, los Lions (15-2) tendrán descanso en la primera ronda de los playoffs, mientras que los Vikings (14-3) cayeron al quinto puesto y deberán visitar a los Rams en Los Ángeles en la Ronda de Comodines.
El resultado de este encuentro definía el futuro de ambos equipos en la postemporada: el ganador se coronaría campeón divisional y aseguraría jugar la siguiente ronda en casa, mientras que el perdedor caería hasta la quinta posición en la siembra y tendría que disputar su supervivencia como visitante.
Conseguir la victoria a toda costa es ya parte de la filosofía del entrenador en jefe Dan Campbell. Desde su segunda ofensiva, mostró su agresividad al jugársela en una cuarta oportunidad, que Jared Goff logró concretar justo antes de ser capturado. Esa osada decisión tuvo su recompensa, pues en la siguiente jugada Jahmyr Gibbs llevó el ovoide hasta las diagonales.
Por su parte, los Vikings no quisieron quedarse atrás y, en el segundo periodo, también apostaron por una cuarta oportunidad a solo tres yardas de la anotación. Sin embargo, Sam Darnold fue presionado y, con todos sus receptores cubiertos, intentó un pase flotado hacia Justin Jefferson, pero el envío fue demasiado largo y terminó incompleto.
Minnesota logró acercarse con dos goles de campo de Will Reichard, quien no falló en sus intentos. Sin embargo, antes de culminar el segundo cuarto, los Lions ampliaron nuevamente la ventaja por la misma vía gracias a Jake Bates.
En el tercer cuarto, los Vikings volvieron a sumar con un gol de campo, pero la poderosa ofensiva liderada por Jared Goff y Jahmyr Gibbs comenzó a imponer su dominio. El corredor estrella sentenció el juego con tres anotaciones más: una por recepción y dos por ataque terrestre.