A pesar de que hubo peligro, los arqueros y la falta de puntería evitó la llegada de anotaciones
Necaxa y Santos se cansaron de pelear por tener el control de la esférica y no lograron concretar las pocas oportunidades de gol que tuvieron para terminar repartiendo unidades en el Estadio Victoria en un juego sin anotaciones.
Los Guerreros no quería desperdiciar los primeros instantes del partido y al minuto nueve dieron el primer aviso de gol. Matheus Dória cortó el intento de salida de Agustín Oliveros por la banda derecha, la esférica terminó en los pies de Santiago Muñoz, quien rápidamente tocó con Harold Preciado para dejarlo frente a la portería. El delantero colombiano se acomodó la esférica para sacar un tiro cruzado con su pierna derecha que terminó por estamparse en la base del poste izquierdo.
Más tarde en el encuentro, el equipo local estuvo a punto de romper la igualdad en el marcador. Agustín Oliveros recuperó la esférica en el borde izquierdo del área para posteriormente mandar un centro al manchón penal, Ricardo Monreal apareció en este sector para rematar con la cabeza, pero el balón se mostró caprichoso y terminó por pasar rozando el poste izquierdo para abandonar el terreno de juego.
Después de este par de acciones el partido entró en una constante lucha en el medio campo por adueñarse de la posesión de la esférica; sin embargo, ninguno de los dos clubes lograba avanzar más allá de este sector ya que ambas defensivas se mostraban atentas para cortar los pases a profundidad y los centros que intentaban concretar sus rivales. Esta misma temática se mantuvo durante los primeros minutos de la segunda parte, que tuvo a los visitantes como protagonistas.
Fue hasta el minuto 63 cuando los dirigidos por Eduardo Fentanes volvieron a tocar la puerta. Diego Brunetta recibió de espalda la esférica en los linderos del área, el argentino logró darse la vuelta a pesar de la marcación rival y quedó frente a Hugo González para sacar un remate que parecía ingresar pegado al travesaño, pero el arquero mexicano reaccionó a tiempo y con ambos brazos desvió la trayectoria de la pelota para mandarla afuera del terreno de juego.