QUERÉTARO CIERRA EL TORNEO CON VICTORIA SOBRE SANTOS LAGUNA

Los Guerreros registraron su peor torneo corto en la historia tras la derrota en La Corregidora

Cerrando el torneo con la “frente en alto”. En la última jornada de la temporada se enfrentaron los dos peores equipos de la campaña, los Gallos Blancos del Querétaro y Santos Laguna, quienes regresaron a Torreón con una dolorosa derrota por 3-2, firmando así su peor torneo corto en la historia.

A los 17 minutos de tiempo corrido, el conjunto de la Comarca Lagunera abrió el marcador, luego de un muy buen servicio desde un tiro de esquina por parte de Franco Fagúndez, el cual fue rematado de cabeza por el joven canterano Jonathan Pérez, quien se estrenó en primera división.

Cerca del 40, los locales consiguieron el del empate, así como su rival, también en una jugada a balón parado. Pablo Barrera cobró el tiro de esquina, Kevin Escamilla la bajó de cabeza para Rubio Rubin, quien solo tuvo que empujarla, dejando sin oportunidad de atajar a Carlos Acevedo.

Ya en la segunda mitad, los Gallos eran superiores a los Guerreros. En el 66’, el experimentado Pablo Barrera tomó el balón por la banda derecha, recorrió varios metros, llegó hasta la línea de fondo y le puso medio gol a Rubin, quien firmó su doblete.

Tras la anotación, Mauro Gerk movió sus piezas en busca de mantener la ventaja, dándole minutos a Ronaldo Cisneros y sacando del campo al argentino Darío Benedetto, quien terminó su primera temporada con Querétaro sin una sola anotación.

Ya en el agregado, la presión alta de los locales orilló a los visitantes a retrasar el balón, llegando hasta los botines de Acevedo, que al tratar de salir jugando cometió un error garrafal, estrellando la esférica en Cisneros, quien terminó por mandarla al fondo de las redes.

En una de las últimas jugadas del partido, el árbitro central sancionó un tiro libre a favor de Santos. A pesar de la larga distancia, Fagúndez se tuvo confianza, pues sacó el disparo directo al arco, venciendo a Guillermo Allison y anotando un golazo, sin embargo, el tiempo ya no fue suficiente para igualar.

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