La afición queretana pudo disfrutar nuevamente de un partido de futbol en su estadio
Querétaro vivió una auténtica fiesta en La Corregidora por el regreso de su afición a las tribunas, por lo que ni el empate 2-2 ante Bravos de Juárez opacó el emotivo momento.
La escuadra de Gallos Blancos vivió un año complicado tras los sucesos violentos en su estadio, el cual, estuvo cerrado a manera de castigo, por lo que hoy, querían darle una victoria a su gente y redondear la noche.
Los seguidores queretanos llegaron con gran entusiasmo a La Corregidora con la ilusión de apoyar a su equipo y volver a gritar sus goles, por lo que desde su trinchera hicieron su parte y se comportaron a la altura.
Gallos y fronterizos saltaron al terreno de juego, mientras que en las tribunas, los aficionados emplumados entonaban cánticos a la par que agitaban unas camisetas blancas que les fueron obsequiadas en la entrada.
Este momento tan emotivo significó un envión anímico para los de Mauro Gerk, quienes al minuto 1 se fueron arriba en el marcador con gol de Rodrigo López.
La escuadra fronteriza reaccionó y al 58’, Maximiliano Olivera anotó para emparejar los cartones, posteriormente, Jordan Sierra hizo el tanto de la voltereta a los 69 minutos.
La escuadra queretana no quería fallarle a su gente, que en ningún momento dejó de alentar desde la tribuna y se fueron al frente en busca del gol del empate.
Fue así, cómo consiguieron que el árbitro les concediera la pena máxima, misma que fue bien ejecutada por Pablo Barrera al minuto 86, desatando el júbilo en la tribuna.
Aunque al final, el marcador terminó empatado, fue un partido en el que ganó la afición y el futbol por la reapertura de un estadio que ya aprendió la lección.