En una intensa segunda jornada de desgarradores testimonios de impacto, deudos de las víctimas de mayor y menor edad del tiroteo masivo de Walmart, increparon al asesino confeso Patrick Crusius, quien al ser confrontado por el hijo de una de las asesinadas sobre si estaba arrepentido pareció balbucear un “sí”.
Incluso unas lágrimas salieron de los ojos del supremacista blanco que manejó diez horas desde Allen, Texas, para “matar mexicanos”.
La ira y la frustración que estuvieron presentes en la audiencia del miércoles parecieron multiplicarse el jueves en el octavo piso de la Corte Federal Albert Armendáriz Sr, en el Centro de El Paso.
Con lenguaje explícito, cargado de insultos, llamaron “cobarde” y patético al hombre, ahora de 24 años, que segó la vida de sus familiares.
“No me importa si se arrepiente. No lo perdono. No creo que se merezca el perdón de nadie. No creo que se merezca nada”, dijo Amaris Vega, cuya tía Teresa Sánchez, de 85 años, fue una de las 23 víctimas mortales en el ataque a Walmart de Cielo Visto el fatídico 3 de agosto de 2019.
“Sólo estoy tratando de no mirarlo, no estoy tratando de hacer esto por él, quiero hacerlo por mi familia y nuestro proceso de curación”, dijo Vega.
En la Corte, Amaris le dijo al asesino de su tía: “Los malos nunca ganan. El mensaje del tirador era que quería acabar con los mexicanos, quería deshacerse de los hispanos aquí en El Paso, pero no lo hizo, fracasó y ahora está en un sala llena de hispanos y no ganó. Todavía estamos aquí y no nos vamos a ningún lado”.
Dean Reckard y su esposa viajaron cientos de millas –desde Omaha, Nebraska– para confrontar al hombre que mató a su madre, Margie Reckard.
La vista de Crusius siendo conducido a la sala del tribunal el miércoles provocó que Reckard se convulsionara y lo dejó secándose las lágrimas, pero aun así tuvo el valor de confrontarlo el jueves.
“¿Duermes bien por la noche?”, le preguntó Dean Reckard a Crusius, quien mató a su madre de 63 años, Margie Reckard. Él negó con la cabeza.
Cuando Reckard lo desafió a mirar la foto de su madre en un monitor detrás de él, Crusius se dio la vuelta y miró. En otras ocasiones, rechazó el pedido de familiares de mirar fotos de sus seres queridos.
“¿Te arrepientes de lo que hiciste?”, cuestionó Reckard. Crusius asintió con la cabeza. Reckard no estaba convencido.
“No has mostrado ningún signo de remordimiento”, dijo.
Hilda Reckard, la esposa de Dean, dijo que estaban allí para “hacer frente al odio”.
“Simplemente creo que venir aquí es para tomar una posición”, dijo. “Nos derribaste, no nos noqueaste”.
“Es un pedazo de basura patético, realmente no tengo ningún sentimiento hacia él”, dijo Christopher Morales, cuya tía Teresa Sánchez, fue asesinada en el tiroteo del 3 de agosto.
Su madre y su abuela recibieron disparos pero sobrevivieron al ataque.
“Estas personas están enfermas”, dijo Christopher, y agregó en la Corte: “Tú, supremacista blanco, amante de Donald Trump, pedazo de (improperio), deberías haberte suicidado”.
Morales también expresó su frustración por la cobertura mediática del tiroteo masivo y el tiempo que se está tardando en hacer justicia.
“Cuanto más los ponemos en las noticias, más saben todos sus nombres”, dijo Morales. “Es exactamente por eso que otros tiradores masivos van a hacer esto porque no tienen nada más por lo qué vivir”.
“Siento que estamos siendo manipulados por toda esta situación. No hemos, no deberíamos haber tenido que esperar cuatro años para que este tipo vaya a la cárcel o reciba la pena de muerte… y todavía tenemos que esperar”, dijo.
“¡Míralo! ¡Míralo!”, le dijo Francisco Javier Rodríguez a Patrick Crusius mientras una foto de su hijo de 15 años, Javier Amir Rodríguez, se ponía en los monitores de la sala del tribunal. El asesino en serie confeso se negó a mirar.
“No tienes las pelotas para mirarlo. Tuviste las agallas para dispararle”, dijo Rodríguez mientras miraba a través de la sala del tribunal al hombre que acabó con la vida de su hijo y otras 22 personas en un Walmart de El Paso.
“¿Crees que eres alguien importante por lo que hiciste? No lo eres, eres un cobarde”, dijo Rodríguez, cuyo hijo era el menor de los muertos en el ataque a Walmart.
“Sólo un cobarde puede matar a personas inocentes. Un cobarde racista, supremacista blanco”, dijo Margaret Juárez, la hija de Luis Juárez, de 90 años, la persona de mayor edad asesinada por Crusius.
Juárez se burló de las creencias supremacistas blancas que invocó Crusius, ahora de 24 años, en un manifiesto que publicó en línea justo antes del tiroteo. Ella dijo que debe haber recibido una educación inferior en su ciudad natal de Allen, Texas, cerca de Dallas.
“¿Crees que este es tu país, que necesita protección de una invasión hispana?”, dijo. “Los nativos americanos y los mexicanos ya estaban aquí en Texas cuando llegaron los colonos americanos”.
Perdón fue otra palabra frecuentemente invocada el miércoles y jueves. La mayoría de los que hablaron sobre el perdón dijeron que no podían concedérselo al hombre que destrozó sus vidas. Pero un par de personas dijeron que era posible.
“Mi mamá, Rosa Barrón, me pidió que te dijera que te perdona”, dijo Isabel Piedra en una carta leída por un fiscal. Barrón recibió un disparo y resultó herida en el ataque.
El padre de María Soto, Juan de Dios Velázquez Cháirez, de 77 años, murió cuando se arrojó frente a su esposa, Estela Nicolasa, mientras Crusius disparaba.
“Hoy he decidido perdonarte, no porque te lo merezcas, sino porque no quiero nada que me ate a ti”, dijo Soto en un comunicado leído por un fiscal.
Pero Iliana Rodríguez, madrastra de Francisco Amir Rodríguez, tenía un sentimiento diferente por Crusius en una carta leída por un fiscal.
“Que el diablo lo reciba con todo su amor”.
La fase de testimonios de impacto, en la que participaron más de 30 personas, concluyó el jueves poco después de las 2:30 pm del jueves frente al juez de Distrito senior David C. Guaderrama.
Patrick Woods Crusius será sentenciado formalmente este viernes por el juez Guaderrama en una audiencia programada para iniciar a las 10 am. El pistolero recibirá 90 cadenas perpetuas consecutivas en una prisión federal después de declararse culpable en febrero de delitos de odio y cargos de armas.
El Departamento de Justicia decidió este año no buscar la pena de muerte para Crusius por los cargos federales. También enfrenta cargos estatales de asesinato capital que podrían resultar en una sentencia de muerte, pero no se ha fijado una fecha para el juicio, que podría ser incluso en el 2025, según el fiscal de Distrito Bill Hicks.