En un comunicado, el Departamento de Tesoro acusó a los ocho individuos de ayudar o facilitar el transporte de “fentanilo, cocaína y metanfetamina” a EE.UU. a través de la frontera común, en particular desde las ciudades de Nuevo Laredo y Reynosa (Tamaulipas).
“La crisis de opioides (…) ha devastado comunidades y se ha cobrado la vida de cientos de miles de estadounidenses”, dijo en un comunicado la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, quien aseguró que el presidente estadounidense, Joe Biden, y ella están “comprometidos a utilizar todas las herramientas para combatir el tráfico ilícito de fentanilo y sus precursores químicos“.
EE.UU. también acusó a los líderes de este cártel de estar involucrados en el tráfico de migrantes hacia territorio estadounidense. En concreto, el Tesoro acusó a los miembros de la Nueva Familia Michoacana de crear pruebas de falsas amenazas a los migrantes para que ellos las entreguen a las autoridades y puedan pedir asilo en el país.
A su vez, según esa nota, los miembros del cartel “fuerzan a las personas a entrar de manera ilegal en EE.UU. con drogas”.
Entre los sancionados están Rodolfo Maldonado Bustos, el tercero al mando en el cartel, según el Gobierno estadounidense; Josué Ramírez Carrera, encargado financiero y de las operaciones de lavado de dinero, y Josué López Hernández, con conexiones “importantes” con el Cártel Jalisco Nueva Generación.
Como consecuencia de las sanciones todos las propiedades y activos de los ocho individuos señalados en EE.UU. quedan congelados y se les prohíbe hacer negocios con empresas o personas en el país.