Rudy Giuliani, quien se desempeñó como abogado personal de Donald Trump, se entregó este miércoles en una cárcel del condado de Fulton, Georgia para hacer frente a cargos penales estatales relacionados con el intento de revertir la derrota electoral del expresidente estadunidense en 2020.
Giuliani, ex fiscal federal y alcalde de Nueva York, recibió la orden de pagar una fianza de 150 mil dólares y de no intimidar a ninguno de los 18 coacusados o testigos del caso, según documentos judiciales.
“Esta acusación es una parodia”, dijo Giuliani a los periodistas tras su comparecencia en la cárcel. “Es un asalto a la Constitución”.
Otros siete de los coacusados junto a Trump en la causa penal abierta por la fiscal del condado de Fulton, Fani Willis, ya se han entregado en una cárcel de Atlanta, según los registros locales.
Trump, favorito a la nominación presidencial republicana para enfrentarse al mandatario demócrata Joe Biden en las elecciones de 2024, tiene previsto entregarse el jueves para hacer frente a su cuarta acusación penal este año. Los 10 coacusados restantes nombrados en la acusación de Georgia tienen hasta el viernes para entregarse.
Trump afirma que sus cuatro acusaciones tienen motivaciones políticas.
Giuliani desempeñó un destacado papel público en los esfuerzos de la campaña de Trump para impulsar falsas acusaciones de fraude generalizado en los comicios de 2020.
En Georgia, Giuliani fue acusado de hacer numerosas declaraciones falsas sobre fraude electoral, incluso a funcionarios de otros estados como Arizona y Pensilvania, en un intento fallido de convencerlos de que aprobaran una lista alternativa de electores para la certificación formal ante el Congreso de los resultados para mantener a Trump en el poder.
Giuliani y otros aliados de Trump también fueron acusados de hacer falsas declaraciones a los legisladores de Georgia sobre las elecciones.
Trump se ha declarado inocente de dos series de cargos penales federales presentados por Jack Smith, un abogado designado por Merrick Garland, fiscal general designado por Biden, relacionados con los esfuerzos para anular su derrota en las elecciones de 2020 y su posesión de documentos clasificados tras dejar el cargo.
El ex mandatario también se declaró inocente en un caso de Manhattan relacionado con el pago de dinero previo a las elecciones de 2016 a una actriz porno.