El gran jurado encargado de estudiar en el Tribunal Penal de Manhattan los cargos contra el expresidente Donald Trump (2017-2021) por la investigación sobre un supuesto pago en 2016 a la actriz porno Stormy Daniels, reanudó este lunes sus sesiones sin que se sepa cuándo van a votar.
El gran jurado se ha estado reuniendo las pasadas semanas los lunes, miércoles y jueves, y ha estudiado las pruebas presentadas por la Fiscalía del Distrito de Manhattan desde mediados de enero sobre el exmandatario y actual candidato a las primarias presidenciales republicanas de 2024 por su supuesta participación en el pago a Daniels.
Sin embargo, ni el miércoles ni el jueves de la semana pasada los 23 miembros del gran jurado se reunieron y la última vez que estudiaron el caso fue el lunes 20, cuando el gran jurado escuchó el testimonio de Robert Costello, quien fue asesor legal del abogado personal de Trump, Michael Cohen.
Según The New York Times, el gran jurado todavía podría escuchar las declaraciones de al menos un testigo más antes de que se le pida votar.
Este caso del pago a Daniels, el más inmediato de los varios que acorralan a Trump, ha durado casi cinco años y se centra en un pago de 130 mil dólares a Daniels -presuntamente a cambio de su silencio sobre una relación sexual en 2006- durante la campaña electoral que lo acabó llevando a la Casa Blanca en 2017.
Cohen admitió haber pagado esta cantidad a Daniels, cuyo verdadero nombre es Stephanie Clifford, justo antes del día de la votación.
Trump, que niega haber tenido relaciones sexuales con Daniels, luego le reembolsó a Cohen el pago, que según la Organización Trump fue por gastos legales.
Es por ello que los fiscales federales han calificado el pago como un gasto de campaña ilegal relacionado con las elecciones que le dieron la presidencia.
Este gran jurado debe estudiar si existe una causa razonable para mantener los cargos y enjuiciar o no al expresidente, y si Trump es acusado se convertirá en el primer expresidente de Estados Unidos en enfrentar un cargo penal.
Hasta ahora, los funcionarios han guardado silencio sobre cualquier tipo de noticias sobre el gran jurado en el Tribunal Penal de Manhattan, cuyos procedimientos se llevan a cabo fuera de la vista del público.
No obstante, desde que Trump pronosticó el 18 de marzo en su red, Truth Social, que sería arrestado tres días después -lo cual no se produjo- el recinto está rodeado de periodistas que trabajan para medios nacionales e internacionales.
Desde ese día, pequeños grupos de trumpistas y antitrumpistas se han presentado a las afueras del tribunal para manifestar sus posturas, sin mayor revuelo que el creado entre los periodistas.
Por su parte, el expresidente, que se cree que se encuentra en Mar-a-Lago, su residencia en Palm Beach (Florida), insiste en su inocencia.
“¡No tienen nada (contra mí)!”, clamó el sábado pasado Trump ante la multitud concentrada en un mitin en Waco (Texas), donde se presentó como una víctima de la Justicia y arremetió contra los abogados que llevan su caso en la Fiscalía de Distrito de Manhattan, a los que insultó y tachó de “escoria”.
Aseguró sin pruebas que la oficina del fiscal de distrito de Manhattan, el demócrata Alvin Bragg, está prevaricando y actúa bajo la dirección del Departamento de “Injusticia” del país para intentar imputarlo de algo, según él, que no constituye un delito.
La semana pasada, la oficina de Bragg recibió cientos de amenazas, entre ellas un sobre que contenía polvo blanco no peligroso y una carta prometiendo matar al fiscal.