TRUMP SERA EL PRIMER PRESIDENTE CONDENADO Y SENTENCIADO POR UN DELITO GRAVE

Este viernes concluyó en Nueva York el primer juicio criminal a un ex y/o futuro presidente. Donald Trump hizo todo lo posible para evitarlo, incluso apelaciones urgentes de última hora a tribuales de apelación y hasta llegó a la Suprema Corte, pero fracasó y ahora, cuando retorne a la Casa Blanca el 20 de enero, será el primer presidente condenado y sentenciado por delitos graves en la historia de Estados Unidos.

Hasta ahora, Trump había logrado descarrilar, congelar, postergar y anular varios casos criminales en su contra, incluyendo dos casos criminales federales, uno por su intento de golpe de estado en 2021 y otros por manejo ilegal de documentos oficiales secretos de seguridad nacional, y otro estatal por interferencia en el proceso electoral en 2020, y con ello mantenerse impune.

Pero este viernes fue obligado a presentarse virtualmente en un tribunal en la ciudad de Nueva York para enfrentar su sentencia después de que un jurado lo condenó en mayo de 2024 de 34 cargos criminales por falsificar documentos de sus negocios para encubrir un pago de 130 mil dólares durante la campaña electoral de 2016 a cambio del silencio de la actriz de porno Stormy Daniels sobre un encuentro sexual años atrás.

Como suele suceder con gente poderosa, fue el encubrimiento de un delito que lo entrampó. Aunque no pudo evitar la conclusión del juicio, Trump sí logró evitar un castigo.

El juez Juan Merchan del Tribunal Supremo de Manhattan declaró que la única sentencia que podía imponer por tratarse de un presidente electo era un “descargo incondicional”, o sea, una pena simbólica sin condena de prisión (podría haber sido condenado a 4 años de cárcel), multas o liberad condicional. Pero insistió en que a pesar de que un presidente electo goza de ciertas protecciones ante la ley, “un poder que no ofrecen es el poder de borrar una sentencia por un jurado”. agregó que “Donald Trump, el ciudadano ordinario -Donald Trump el criminal acusado- no tiene derecho a tales protecciones considerables” de evitar una sentencia.

Uno de los fiscales en el caso, Joshua Steinglass, señaló que el acusado “se percibe como por encima de la ley y no acepta responsabilidad por sus acciones”, y acusó que la retórica pública del presidente antes y después del juicio puso en peligro a los funcionarios y testigos involucrados en el juicio incluyendo a sus familias. “Este acusado ha causado daño duradero a la percepción pública del sistema de justicia criminal”, afirmó.

Trump a quien se le permitió comparecer de manera remota desde su residencia Mar-a-Lago en Florida, colocó la imagen de dos banderas estadunidenses detrás de él, y cuando se le ofreció la oportunidad de comentar, declaró que es “totalmente inocente”, reiteró sus ataques contra la integridad moral de los fiscales y repitió que el caso fue presentado para destruir su candidatura “lo cual obviamente no funcionó” al auto-elogiarse como presidente electo.

La respuesta de Trump fue la misma de siempre en estas situaciones: “cacería de brujas”, juicios motivados por intereses políticos y el insulto y descalificación estilo niño de secundaria de que los fiscales y los jueces son “dementes”, ilegales y corruptos. “Los demócratas radicales han perdido otra cacería de brujas patética y antiestadunidense”, escribió en su red social después de concluir la sesión sobre su sentencia.

No es el úrico caso que perdió, fue declarado culpable en Nueva York por difamación y ordenado a pagar 88.8 millones de dólares a E. Jean Carroll por abuso sexual, con el juez declarando que existía la evidencia de que había violado sexualmente a la víctima (ese sería un cargo criminal). Y en otro caso, un juez de Nueva York ordenó que Trump pagara 455 millones de dólares a la procuradora estatal por manipular el valor declarado de su negocio de bienes raíces.

Y esta semana, Trump y su equipo sufrieron otra derrota legal cuando la Suprema Corte rehusó prohibir la difusión del informe del fiscal federal encargado del caso de interferencia electoral que culminó con el asalto al Capitolio incitado por el entonces presidentes en enero de 2021. Aunque el caso legal fue abandonado, Trump deseaba suprimir el informe oficial que ahora podría divulgarse al público tan pronto como la próxima semana pero que aun podría demorarse con nuevas maniobras legales.

Sin embargo, Trump y sus abogados sí triunfaron en sus esfuerzos para que fiscales federales descartaran dos casos criminales en su contra, por intentar subvertir el proceso electoral en 2020 y otro por manejo indebido de documentos clasificados al guardarlos ilegalmente en sus clubes después del fin de su primera presidencia. Otro caso criminal más, este a nivel estatal, por interferencia en el proceso electoral en Georgia, quedará pendiente después de que maniobras legales lo han congelado por ahora y se supone que durante toda su estancia de 4 años en la Casa Blanca.

Aunque los presidentes tienen la autoridad para emitir indultos, y se había especulado sobre la posibilidad de que Trump podría auto indultarse en los otros casos federales si regresaba a la Casa Blanca, ese poder sólo es aplicable en casos federales y no, como en su caso en Nueva York, a casos estatales o locales.

Como criminal convicto, Trump teóricamente no podrá obtener una licencia para un arma de fuego y hay países -incluyendo México, Canadá, Reino Unido y Australia- que tienen restricciones para turistas con fichas criminales donde teóricamente podría tener que solicitar permiso adicional para visitar, reporta Molly Crane-Newman del New York Daily News.

Por lo tanto, Trump marcará historia en 10 días como el primer presidente delincuente condenado y sentenciado. Pero también dejará en el aire la interrogante sobre si aun es vigente ese supuesto principio de la fundación del país de que en Estados Unidos no hay nadie sobre la ley.

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