Con los vientos intensificándose nuevamente, gran parte de la segunda región metropolitana más poblada de la nación seguía en alerta ante nuevos brotes y reavivamientos de los incendios que han matado al menos a 25 personas y destruido miles de hogares.
Las ráfagas alcanzaron los 80 kilómetros por hora (50 millas por hora) en las montañas, pero en muchas zonas se registraron vientos relativamente suaves a última hora de la mañana, según el Servicio Meteorológico Nacional. Las mejores condiciones previstas para los próximos días deberían ayudar a los equipos de bomberos a avanzar aún más y permitir a los residentes regresar a sus barrios para empezar a reconstruirlos.