Además de hablar de los trastornos alimenticios que sufrió desde su adolescencia, durante la entrevista que Anahí le concedió al periodista Joaquín Lopez Doriga, la artista platicó que creció entre los foros de televisión, pues inició su carrera a los dos años de edad en el programa Chiquilladas.
Fuera de las luces y cámaras, su vida era normal, con sus papás y abuela rodeándola de amor y explicándole lo que era la fama y cómo debería lidiar con ella. Si bien en su casa era feliz, la escuela se convirtió en un martirio debido a todo el bullying que le hacían sus compañeros, a tal grado que los maestros le recomendaron a sus papás que la sacaran de la institución y que recibiera las clases con un maestro particular.
“Tuve una infancia muy bonita porque era la infancia que yo conocía, de muchos foros, de muchas cámaras, de poquitos amigos. Hasta que un día, como a los seis años, termina Chiquilladas y me llaman para hacer una película que se llama Había una vez una estrella y me gano el Ariel, una cosa de locos porque en ese momento no entendía, pero yo no sentía que era una niña diferente o famosa.
“Pero hubo algo que sí marcó muchas cosas de mi personalidad y de mi corazón, empezó a haber mucho bullying hacia mí en la escuela. Me cambiaron a la escuela Miraflores, entro y yo creo que fueron los meses más traumatizantes de mi vida, de verdad, lo crueles que podemos llegar a ser los niños fue durísimo. Me pegaban chicles en el pelo, se sacaban los mocos y me los embarraban en el uniforme, me decían hasta lo que no”, contó Anahí durante la entrevista.
La actriz contó conmovida que era tanta la presión que llegaba todos los días a su casa y le rezaba a Dios “Que mañana si me quieran, que mañana me traten bien, pero nunca pasó”, relató.
Sin embargo, Anahí recordó que las niñas que más la maltrataban en la escuela llegaban a verla grabar Rebelde y fue así como pudo sanar esa etapa de su vida.
“Todo el amor que yo soñaba que esas niñas groseras me dieran lo he recibido a montones a lo largo de mi vida. Las niñas que más me trataron mal en la escuela llegaban a vernos grabar Rebelde y las tenían detrás de una valla y gritaban que querían vernos y nunca voy a olvidar ese día”, relató.
“Vi a tres de ellas y le dije al de seguridad: ‘Ellas tres que pasen a saludarnos’ y entraron a saludarnos. Yo creo que ellas no se imaginaron lo fuerte que fue para mí poder decirles ‘Bienvenidas’, porque yo creo que cuando haces todo ese daño me queda claro que no son malas personas, estaban pasando por un momento vulnerable, pero mi corazón sanó muy bonito porque ahora ellas son fans de lo que tanto se burlaron, de lo que yo hacía”.
Además, la integrante de RBD recordó que cuando protagonizó la telenovela Ángeles sin Paraíso, a los ocho años, tuvieron que cortarle el pelo y lloró mucho, pero así aprendió que tenía que ser profesional.
“Yo me acuerdo que sufrí mucho por mi pelo, pero ahí aprendí que había que ser profesional y que si tú querías el papel había que cortarse el pelo y me lo cortaron, y fue como mi primer gran reto”, compartió.