En un ambiente caldeado por las elecciones en varias provincias del país y por las disputas políticas, la jueza federal María Eugenia Capuchetti decidió elevar a juicio oral y público la causa por el atentado contra la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner y juzgar a los supuestos coautores del intento de asesinato, ocurrido el 1 de septiembre pasado, contra la opinión de la querella de la también dos veces presidenta (2007-2015).
Los abogados que representan a la ex mandataria, José Manuel Ubeira y Marcos Aldazabal señalaron que “elevar la causa a juicio por tramos es una práctica incorrecta y daña el descubrimiento de la verdad”.
El ataque se produjo el 1 de septiembre de 2022 frente al domicilio de Fernández de Kirchner, cuando uno de los detenidos, Fernando Sabag Montiel, armado con una pistola, se mezcló entre un grupo de simpatizantes, se acercó a la vicepresidenta y apretó varias veces el gatillo, sin que salieran los disparos.
Sabag Montiel, de 35 años, y su novia Brenda Uliarte (23 años) están acusados como coautores. Nicolás Carrizo, de 27 años, y quien empleaba a la pareja como vendedores ambulantes, está imputado como “partícipe necesario”.
Con la decisión adoptada por la jueza Capuchetti implica el cierre de la investigación como lo soliictó el fiscal Carlos Rívolo, el pasado 30 de mayo, a pesar de que la defensa de la vicepresidenta se opuso y solicitó más medidas de prueba para determinar quiénes fueron los autores materiales del atentado, en una acción más del llamado Partido Judicial, donde la Corte Suprema ha violado abiertamente la Constitución y las leyes hasta extremos nunca vistos salvo en dictaduras militares.
En tanto, en Jujuy se vive un levantamiento popular que comenzó con la demanda de los docentes, que se manifestaban pacíficamente y fueron brutalmente reprimidos por orden del gobernador de esa provincia, Gerardo Morales, del conservador Juntos por el Cambio, y quien también es candidato a presidente, y pertenece a la Unión Cívica Radical, integrante de la derechista coalición opositora.
El levantamiento que incluye a todos los sectores sociales opuestos al gobierno Morales arrancó tras la represión y ahora muestra a un pueblo insurreccionado contra una reforma constitucional impuesta a decretazos por el mandatario provincial, que imponen sanciones por ejercer el derecho a huelga y la protesta.
Silenciado en general por la televisión, este movimiento lucha contra un gobernador que tiene presos políticos sin causas verdaderas, porque maneja a su antojo a la justicia provincial, y que mantiene bajo condena a la dirigente de la organización social Tupac Amaru , Milagros Sala, símbolo de lo que sucede a cantidad de trabajadores presos,
La Central de Trabajadores Argentina, que encabeza el dirigente sindical Hugo Cachorro Godoy, salió a enfrentar el decreto del gobernador de Juntos por el Cambio, y presentó una denuncia ante la Organización Internacional del Trabajo por la “violación de convenios internacionales” en esa provincia.
Solicitó la “inmediata intervención”, del director general del organismo, Gilbert Houngbo, “tras las modificaciones que ha introducido el gobierno provincial en el Boletín Oficial para restringir el derecho constitucional de protesta y huelga”.