La XXVIII Cumbre Iberoamericana comenzó oficialmente en Santo Domingo con la presencia de 11 jefes de Estado que tendrán la misión de lograr “resultados concretos” en materia de sostenibilidad, seguridad alimentaria, transformación digital y arquitectura financiera.
La inauguración tuvo como escenario la fortaleza colonial de Ozama, la primera estructura militar permanente de América, donde el presidente de República Dominicana, Luis Abinader, recibió uno por uno junto a su esposa, la primera dama Raquel Arbaje, al resto de líderes iberoamericanos.
Al acto inaugural asistió el rey de España, Felipe VI, y el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, así como el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa y nueve presidentes de Latinoamérica y el Caribe, entre ellos el argentino Alberto Fernández y el cubano Miguel Díaz Canel.
También estuvieron el boliviano Luis Arce, el chileno Gabriel Boric, el ecuatoriano Guillermo Lasso, la hondureña Xiomara Castro, el paraguayo Mario Abdo Benítez y el uruguayo Luis Lacalle Pou.
Pese a que se había anunciado su presencia para la inauguración, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, llegó a República Dominicana pasadas las 22:00 h local, y tendrá su primera aparición pública en la cumbre en la plenaria.
Para las próximas horas se espera que llegue también procedente de Francia el presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves.
Además, en la ceremonia se anunció que Santo Domingo espera también la llegada de cara a las sesiones plenarias del presidente venezolano, Nicolás Maduro, para quien esta sería su primera Cumbre Iberoamericana como jefe de Estado si finalmente llega a tierras dominicanas.
La apertura de la cumbre, con espectáculo de música nacional incluido dará paso el sábado a la sesión plenaria.
“Esta será una cumbre dedicada a las personas y dirigida a tener resultados concretos”, dijo el titular de la Secretaría General Iberoamericana (Segib), el chileno Andrés Allamand, que fue el primero en intervenir en el acto inaugural.
Allamand aseguró que esta cumbre está orientada a “la obtención de resultados concretos que tengan un impacto positivo en la calidad de vida de los iberoamericanos”.
De esta cumbre se espera que salgan un conjunto de documentos que sirvan de guías sobre los temas centrales de los debates y para el desarrollo de políticas públicas, entre ellos la Carta Medioambiental Iberoamericana, la Estrategia de Seguridad Alimentaria y la Carta de Principios y Derechos Digitales.
Esto para encaminar a Iberoamérica a enfrentar los retos del cambio climático, el hambre y los avances de la tecnología, que implican adaptar normativas a los nuevos escenarios y contextos digitales que marcarán con más alcance todavía la vida de cientos de miles de iberoamericanos.
En su calidad de anfitrión, el presidente de República Dominicana, Luis Abinader, destacó la necesidad de fortalecer y expandir los espacios de integración como esta comunidad iberoamericana, “unida no sólo por las lenguas, la historia y la geografía, sino por una visión común sobre los principales retos que afronta la humanidad”.
“Son más los lazos que nos unen, que las diferencias que nos separan”, enfatizó el mandatario dominicano, para quien “sólo desde la colaboración y el trabajo conjunto podremos abordar los retos propios de nuestro tiempo”.
“Hoy, en un momento crucial para la humanidad, cuando nos enfrentamos a un cambio de época, paradigma y de modelos que dábamos por sentado, más que nunca es necesario rescatar la utopía posible que animó a hombres y mujeres de nuestra tierra a la aspiración de una sociedad más justa para todos”, añadió.
Abinader aseveró que existen “retos comunes que exigen respuestas colectivas, y el primero es el que enfrenta la democracia y la libertad por una polarización ‘avasallante’ del debate político y una insatisfacción creciente con la calidad de la gobernanza democrática, escenario en el que florecen los discursos extremistas y la sombra amenazadora del autoritarismo”.
“Para revitalizar nuestras democracias es indispensable mantener la apuesta irreductible por la defensa de la libertad, por el bienestar colectivo y por una acción política libre de sectarismos”, señaló.
Asimismo, apeló a resultados concretos, basados en amplios consensos nacionales, como la única forma de “desarticular el extremismo que pone en peligro las democracias”, por que exhortó a sus invitados a desarrollar la capacidad para superar las diferencias políticas y dialogar de forma sincera y amigable”.