El Dalai Lama, Tenzin Gyatso, de 87 años de edad, encendió la polémica tras publicarse en redes sociales un video donde abraza y besa en la boca a un niño, al que incluso, le muestra su lengua y le dice que puede probarla, ante la risa de sus acompañantes.
El hecho ocurrió durante una ceremonia pública.
El líder religioso nació el 6 de julio de 1935, en una pequeña aldea situada en Taktser, en Amdo en el noreste del Tíbet, en el seno de una familia de agricultores y desde la edad de dos años, fue reconocido como la reencarnación del XIII Dalai Lama Thubten Gyatso.
Este domingo, 9 de abril, luego de que se viralizó el polémico video a través de las redes sociales, gente de todo el mundo reaccionó contra el líder espiritual del Tíbet, quienes califican de grave el hecho e incluso lo califican como un acto de abuso sexual infantil.
Los hechos
El Dalai Lama presidia una ceremonia sentado y rodeado de varias personas. En la imagen aparece un niño vestido con un buzo amarillo esperando en la parte de abajo de la tarima. Los hombres que rodean al líder religioso, parecen explicarle que el menor quiere saludarlo y, finalmente, le dan la señal de que suba. En el vide se alcanza a observa a un grupo de estudiantes con toga y birrete sentados en el piso.
La persona que grabó las imágenes capta al niño, quien se acerca al Dalai Lama, quien le muestra su mejilla derecha para que el menor le de un beso. El menor, lo besa y lo abraza. Luego, el líder tibetano se voltea, quedan frente a frente con el niño y con los dedos le muestra la boca, invitándolo a darle un beso, le sostiene la cara y besa el menor en la boca. Se le escucha reír y ocurrió otro hecho que causó indignación.
El religioso se saca la lengua y le dice al niño «chúpame la lengua» y, aunque el niño se acerca, no lo hace, mientras algunas personas aplauden y se ríen. Toma al niño de la mano, le da las gracias y lo vuelve a abrazar, le pronuncia algunas palabras y lo vuelve a abrazar antes de que el menor se baje de la tarima.
Partidarios del Dalai Lama afirmaron que el líder budista estaba «bromeando». No obstante, víctimas de abuso sexual infantil han señalado que ser sexualizado por un adulto poderoso es un acto de máxima gravedad.