El llamado a la población coincide con el intento de las fuerzas de Kiev de desviar los recursos militares rusos del frente en Ucrania a suelo ruso tras su incursión en la región fronteriza rusa de Kursk. Además, pone de manifiesto el alto riesgo de la apuesta ucraniana con el asalto que comenzó el 6 de agosto.
El ataque es un audaz intento de alterar la dinámica del conflicto, que dura más de dos años y medio, pero podría resultar contraproducente y dejar a la escasa defensa de Kiev en el frente a merced del empuje ruso. Desde la primavera, las tropas del Kremlin han avanzado en el campo de batalla y tienen más presencia en la región oriental de Donetsk.