La aprobación de la ley contó con el apoyo mayoritario de diversos partidos del arco parlamentario, asegurando así una holgada victoria para el gobierno de Sunak. Sin embargo, entre los disidentes se encontraban destacadas figuras del propio Partido Conservador, incluyendo ex primeros ministros como Boris Johnson y Liz Truss, así como la ministra de Empresas, Kemi Badenoch.
Durante el debate previo a la votación, la ministra de Sanidad, Victoria Atkins, defendió la medida argumentando que “no hay libertad en la adicción”. En contraposición, quienes se opusieron, como Truss, alegaron que la ley “restringe la libertad” individual de elección.
Respaldos y críticas
Los laboristas, junto con los nacionalistas escoceses y los liberal-demócratas, respaldaron de manera abrumadora la legislación. El portavoz de Sanidad del Partido Laborista, Wes Streeting, fue uno de los principales defensores del proyecto durante el debate parlamentario.