Autoridades francesas imponen toque de queda en la región de París tras violentos disturbios.
El gobierno francés prometió restablecer el orden el jueves después de dos noches de violencia urbana desencadenadas por la muerte de un adolescente de 17 años que fue baleado por un policía, y anunció que desplegará decenas de miles de agentes más y tomará medidas enérgicas en los vecindarios donde fueron incendiados edificios y vehículos.
Entretanto, la gobernadora de la región de París anunció que cerrarán temprano el jueves los servicios de autobuses y tranvías, a las 9 p.m., para proteger a pasajeros y empleados de la violencia desatada por los disturbios.
La funcionaria, Valerie Pecresse, tuiteó: “Nuestros medios de transportes no serán víctima de matones y vándalos”.
Los ministros se dirigieron a las áreas donde se registraron los disturbios, pidiendo calma pero también advirtiendo que no se permitirá que continúe la violencia que dejó decenas de policías heridos y dañó cerca de 100 edificios públicos. Después de una reunión de crisis matutina, el ministro del Interior, Gerald Darmanin, dijo que la policía más que cuadriplicará su presencia, de 9 mil agentes a 40 mil. Tan solo en la región de París, el número de policías desplegados se duplicará a 5 mil.
“Los alborotadores profesionales deben irse a casa”, afirmó Darmanin. Si bien aún no es necesario declarar el estado de emergencia, una medida tomada para sofocar semanas de disturbios en 2005, agregó: “La respuesta del Estado será extremadamente firme”.
Entretanto, un suburbio de París anunció un toque de queda hasta después del fin de semana debido a los disturbios.
Las autoridades de Clamart, de 54 mil habitantes y en los suburbios del sudoeste de la capital francesa, anunció la medida el jueves en su website.
El toque de queda será de 9 p.m. a 6 a.m. desde el jueves hasta el lunes, debido “al riesgo de alteraciones del orden público”, dijeron las autoridades.
Añadieron: “Clamart es un poblado tranquilo y seguro y queremos que así continúe”.
El policía que realizó el disparo mortal en el suburbio parisino de Nanterre fue acusado preliminarmente de homicidio voluntario después de que una pesquisa inicial llevó al fiscal local Pascal Prache a concluir que “no se cumplieron las condiciones para el uso legal del arma”.
Bajo las leyes francesas, los cargos preliminares significan que los jueces investigadores tienen razones fuertes para creer que se cometió una ilegalidad, pero tienen tiempo para hacer más investigaciones antes de tomar una decisión sobre si el caso va a juicio.
El asesinato del adolescente, identificado sólo por su primer nombre, Nahel, sucedió durante una parada de tráfico el martes. El incidente capturado en video conmocionó al país y avivó las tensiones entre la policía y los jóvenes en proyectos de vivienda y otros barrios desfavorecidos.
A pesar de una presencia policial reforzada el miércoles por la noche, los hechos violentos se reanudaron después del anochecer cuando los manifestantes dispararon fuegos artificiales y arrojaron piedras contra policías en Nanterre, que lanzaron ráfagas repetidas de gas lacrimógeno.
Conforme las protestas se extendían a otras ciudades, la policía y los bomberos batallaban para contener a los manifestantes y extinguir varios incendios. Escuelas, delegaciones de policía, el ayuntamiento y otras edificios públicos sufrieron daños desde Tolosa en el sur hasta Lille en el norte, y la mayor parte de los daños se registraron en los suburbios de París, de acuerdo con un portavoz de la policía nacional.
El fuego dañó el ayuntamiento en el suburbio parisino de L’Ile-Saint-Denis, no lejos del estadio nacional del país y la sede de los Juegos Olímpicos de París 2024.
Darmanin dijo que 170 agentes resultaron heridos en los disturbios, pero ninguno de ellos de gravedad. Al menos 90 edificios públicos sufrieron destrozos.
El número de civiles heridos no se ha dado a conocer de momento.