VUELVEN A PROTESTAR MILES EN FRANCIA CONTRA LA REFORMA DE PENSIONES

Francia sigue en pie de guerra contra la reforma de las pensiones del presidente Emmanuel Macron. En la décimo segunda jornada de movilizaciones se registró una afluencia masiva en las 280 protestas y marchas que se llevaron a cabo a lo largo y ancho del país, la más multitudinaria en París, pero en conjunto hubo más de un millón y medio de personas en las calles, según los sindicatos, y alrededor de 380 mil, según el ministerio del Interior francés. La protesta se llevó a cabo en la víspera del crucial pleno del Consejo Constitucional, que decidirá sobre la legalidad de la reforma.

En un ambiente festivo y reivindicativo, en el que el principal foco de las críticas era Macron y su estilo de gobernar, sobre todo por aprobar por la vía del decreto la crucial reforma del sistema público de pensiones, centenares de miles de personas se congregaron en las calles con un mismo fin: paralizar la deriva neoliberal del actual gobierno. Y así lo hicieron en las principales ciudades del país y en pueblos y localidades, con lo que se registraron hasta 280 actos o marchas, si bien las más multitudinarias fueron en ciudades como París, Lyon, Nantes y Marsella, entre otras.

El sindicato de la Confederación General del Trabajo (CGT) cifró las movilizaciones en más de un millón y medio, pero el ministerio del Interior rebajó drásticamente esa estimación, al situarla en 380 mil, con lo que la jornada de ayer se convirtió en una de las más débiles en cuanto a movilización de la gente desde que inició la protesta en enero pasado. Aún así, y a pesar de que en la mayoría del país siguen vigentes los paros laborales en sectores como la recogida de basura, la energía y el transporte, una encuesta realizada por el Instituto Ifop confirmó que el rechazo de la sociedad francesa a la reforma de Macron sigue siendo mayoritario, al situarse por encima del 62 por ciento.

La reforma del sistema público de pensiones de Macron pretende aumentar dos años la edad de la jubilación, que pasará de 62 a 64, añadir un año de cotización para acceder al sistema, de 42 a 43, y suprimir una serie de derechos laborales históricos de algunos colectivos del sector público francés. Pero lo que más ha indignado a los sindicatos y a la ciudadanía que sale a las calles cada semana fue la vía que eligió Macron para sacar adelante su iniciativa, al acudir al artículo 49,3 de la Constitución para saltarse la votación en la Asamblea Nacional y aprobarla por la vía del decreto. De hecho, esta y el fondo de la reforma serán las cuestiones que tendrá que analizar y dictaminar el Consejo Constitucional francés, que está integrado por nueve “sabios”, entre los que hay varios ex líderes políticos franceses, como el socialista Laurent Fabius o el conservador Alain Juppé.

A partir de ahora todas las miradas estarán puestas en la sede de este organismo consultor, que funge como alto tribunal, y cuya sede se encuentra en la céntrica calle parisina de Monpensier, que desde la noche del miércoles se había desplegado un dispositivo policial estrecho y se habían cerrado las calles aledañas para evitar que se bloquee el acceso. De hecho, durante la movilización de este jueves algunos manifestantes intentaron cerrar las vías de acceso con contenedores de basura y bolsas de desechos, pero la policía los limpió de inmediato y se hizo con el control de la entrada para la crucial sesión de este viernes.

Precisamente pensando en la sesión del alto tribunal, un grupo de senadores de la izquierda francesa presentaron una segunda petición de referendo de iniciativa compartida (RIP, en sus siglas en francés), que incluye un “texto más seguro”, según explicó a los medios galos el presidente del grupo socialista en el Senado, Patrick Kanner, quien advirtió además que “el objetivo es que este texto sea transmitido mañana (viernes) al Consejo Constitucional antes de la posible promulgación de la reforma. Es el mismo texto que la primera petición, completado con dos artículos que crea un elemento de reforma: un ingreso fiscal vinculado a los recursos de capital para garantizar la financiación de la jubilación por reparto”, advirtió.

Al margen de las maniobras políticas para detener la reforma, en las calles se volvieron a vivir momentos de mucha tensión y durísimos enfrentamientos entre manifestantes y policías. De hecho, en París se informó de diez detenidos hasta las ocho de la tarde, según la prefectura de policía, y de varios agentes heridos, uno de ellos de gravedad.

Entre los objetivos de los manifestantes también hubo algunos comercios de lujo, como la sede de la marca exclusiva LVMH en París, donde trabajadores que participaban en la protesta entraron con bengalas , diciendo que “si buscan dinero para financiar las pensiones, cójanlo de los bolsillos de los multimillonarios”, señaló Fabien Villedieu, representante del sindicato Sud Rail, quien hizo hincapié en que la protesta es “simbólica y pacífica”.

Los líderes de los sindicatos franceses también advirtieron al gobierno de Macron de que su acción contra la reforma continuará sea cual sea el dictamen del Consejo Constitucional. !La lucha sindical está lejos de estar terminada”, señaló el secretario general de la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT), Laurent Berger, que añadió que “la batalla de la opinión, la batalla del mundo del trabajo, la hemos ganado en los casi tres meses de movilizaciones”. Mientras que la secretaria general de la CGT, Sophie Binet, avisó que “este no es el último día de movilizaciones, nos veremos mucho más”.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *