Las pinturas, que datan de hace 5.000 años, representan barcos y rebaños de ganado de los primeros pueblos, que más tarde abandonaron la zona bajo la presión de las condiciones del desierto, recoge la revista Cosmos.
«La presencia de ganado en el antiguo arte rupestre es una de las pruebas más importantes que establece que alguna vez fue un ‘Sáhara verde’», señaló en un comunicado este mes Julien Cooper, arqueólogo de la Universidad Macquarie de Australia, quien dirigió la investigación.
El especialista y su colega, Dorian Vanhulle, del Instituto de Cultura Oriental y Mediterránea de la Academia de Ciencias de Polonia, publicaron un artículo en la revista Journal of Egypt Archaeology sobre el descubrimiento de arte rupestre poco común, y altamente artístico para la época, en una cueva en el desierto de Atbai, al este de la ciudad sudanesa Wadi Halfa, ubicada cerca de la orilla del Nilo.
A juzgar por las imágenes, en algún momento el desierto fue una sabana llena de estanques, ríos y pantanos, donde vivían muchos animales. Ahora en esta región prácticamente no se registran lluvias. Se estima que la precipitación media anual en Wadi Halfa es de sólo 0,5 milímetros.
El llamado ‘período húmedo africano’, caracterizado por un aumento de las lluvias monzónicas de verano, comenzó hace unos 15.000 años. Al final de esta era, alrededor del año 3000 a. C., los lagos y ríos resultantes comenzaron a secarse, el área quedó cubierta de arena y la gran mayoría de los habitantes de la región se vieron obligados a trasladarse más cerca del Nilo y el desierto alrededor de Wadi Halfa quedó casi deshabitado.