China ha anunciado que va a bloquear la exportación de Galio y Germanio a empresas extranjeras, como parte de las “contramedidas” aprobadas para responder al veto a sus empresas tecnológicas. Estos dos metales son vitales para las industrias de los chips, semiconductores, paneles solares y coches, entre otras.
Según informa Bloomberg, vía Tom’s hardware, a partir del 1 de agosto China exigirá a sus empresas una licencia de exportación del Galio y el Germanio. En la práctica, esto significa que las autoridades decidirán, caso por caso, a quién se vende estos metales, y a quién no.
El galio y el germanio son metales vitales en la industria tecnológica, que se usan prácticamente para todo: fabricación de chips, semiconductores, paneles solares, piezas automovilísticas, etc.
UNA GUERRA COMERCIAL NEFASTA PARA TODOS
¿Qué implicaciones tienen estas limitaciones a la exportación de China?
La más inmediata, que el precio del Galio y el Germanio va a subir. Y ya sabemos quién lo va a pagar: los consumidores.
A medio plazo, las implicaciones incluso pueden ser contraproducentes para China, según los expertos. Afortunadamente, el Galio y el Germanio no son metales que monopolice China. En su territorio son abundantes y por eso los vende baratos, así que otros países no se molestan en minarlos, porque no compensa el precio.
Pero si ahora China bloquea las exportaciones, otros países los minarán, y aunque el precio sería algo más caro que lo que ofrecía China, perderá el monopolio que tenía hasta ahora.
La realidad es que décadas de globalización ha hecho que todos los países del mundo tengan empresas y negocios en todo el mundo. Es una forma de asegurar la paz, y de mantener los precios bajos.
La guerra comercial, tecnológica y política entre China y Estados Unidos lo que va a hacer es disparar los precios, y que ambos bandos salgan perdiendo, porque sus empresas más potentes tienen negocios vitales en el bando opuesto.
El bloqueo a las exportaciones de Galio y Germanio, por parte de China, parece un intento político de presionar a Estados Unidos, para que afloje los vetos a sus empresas tecnológicas.