Quienes quieran verlo en directo tienen una oportunidad el próximo domingo 26 de mayo en el Madrid Car Experience, donde Tesla también está realizando pruebas de vehículos para quien quiera ponerse a los mandos de sus eléctricos.
Pero antes de ir allí, el Tesla Cybertruck ha hecho una parada en el centro de Madrid. Junto al espacio Caixa Forum, Tesla ha exhibido su coche más exhuberante y exagerado. Un entorno que también presume de líneas rectas y plateadas y que parece una copia del coche.
Algo muy difícil de asimilar
Lo primero que pensé cuando vi de lejos el Tesla Cybertruck, y poco a poco me iba acercando al coche, fue que me lo imaginaba más grande. Nos esperaba en un rincón con techos bajos y luz tenue. Todo ayudaba a empequeñecer un poco el último coche de Tesla.
Pero cuando te acercas y te pones al lado del Cybertruck sí te haces una idea de lo realmente enorme que es el coche. Y, con todo, estoy seguro de que no pudimos hacernos una idea real de su tamaño porque no teníamos un coche al lado para comparar. La sensación fue algo así como la de comprar un televisor. En la exposición, la pantalla nunca parece tan grande como en el salón de casa.
La locura de Elon Musk es difícil de asimilar. Parece un coche que hubiera sido diseñado por un niño con escuadra y cartabón. Es de una simpleza que asusta. Y, al mismo tiempo, esa simpleza es lo que aporta unas sensaciones de mucha mayor presencia. Porque las superficies completamente lisas de acero no hacen lo más mínimo por disimilar su enorme tamaño.
Su peso visual se reafirma cuando recordamos que estamos ante un coche de 5,68 metros de largo, 2,20 metros de ancho (2,41 metros con los retrovisores desplegados) y 1,72 metros de alto. Con la suspensión neumática en su punto más alto, como vimos el coche, éste se elevaba hasta los dos metros de altura.
Para una persona como yo, que no alcanzo 1,70 metros de altura, ponerme al lado y girar el cuello hacia arriba para poder visualizar su techo es abrumador. También pensar que, en caso de atropello, con la suspensión levantada el coche me golpearía casi a la altura del hombro.
Con su peso de 2.995 kg deber ser impactante comprobar que el coche puede acelerar de 0 a 100 km/h en menos de 4,3 segundos. Esperan conseguir una aceleración de 0 a 100 km/h en 2,6 segundos en su versión con tres motores. Puede que así consiga superar al Porsche 911.
A todo lo anterior, como decíamos, ayuda el acero inoxidable y sus formas tan simples. Engancha un poco dar pequeños golpecitos a la carrocería y escuchar siempre ese sonido metálico. Con la suspensión levantada, podíamos ver el tremendo tamaño de los amortiguadores y de sus ruedas (285/65 con llantas de 20 pulgadas).
El interior es espacioso para sus pasajeros delanteros, pero no tanto para los traseros. La superficie de carga trasera es enorme (1.700 litros) y para maximizar el espacio interior se pueden plegar los asientos traseros. La zona trasera se puede cubrir con una persiana que se activa con un botón situado en la superficie lateral superior izquierda. En su interior guarda dos tomas de enchufe de 120 voltios y una de 240 voltios para aprovechar su carga bidireccional.
Para terminar con el exterior, acostumbrados a los enormes enchufes CCS2 sorprende el reducido tamaño de la toma propietaria de Tesla para cargar a un máximo de 250 kW.
Ya en el interior, se repite la configuración Tesla: minimalismo al extremo. Los asientos delanteros parecen cómodos, una tónica habitual en la compañía. El volante es de tipo joke. Me dio la sensación de que debe ser realmente incómodo conducir con un volante de este tipo pero, evidentemente, es solo una percepción pues no hemos podido controlarlo.
La pantalla delantera es de 18,5 pulgadas (2560×1440 60Hz) y la pantalla táctil trasera es de 9,4 pulgadas (1440×900 60Hz). Con al de la parte trasera se pueden controlar algunas funciones como la música y o la calefacción de los asientos.
En el software del sistema de infoentretenimiento delantero se han retocado algunas cosas. La pantalla principal presenta un aspecto más elegante, con el vehículo en primer término y un pequeño recordatorio en el lado derecho de que siempre tenemos a mano el navegador.
En la zona inferior tenemos dos widgets especialmente dedicados al Tesla Cybertruck, donde se controla la altura al suelo o la presión de las ruedas. En uno de ellos podemos tener acceso directo al control de la música que se está reproduciendo.
Una vez desplegados los menús, la disposición es exactamente igual que en cualquier otro vehículo de la compañía por lo que los cambios son ligeros retoques estéticos que, con todo, le han sentado divinamente a una interfaz que empieza a quedarse un poco obsoleta. La respuesta del sistema y la fluidez del mismo sigue siendo excepcional.
En el lado negativo, el Tesla Cybertruck mostrado contaba con tapicería blanca en las puertas. Una decisión que, si bien ofrece un poco más de calidez al habitáculo y disipa la sensación de agobio interior, no parece del todo acertada. Solo con el subir y bajar de los periodistas, una parte del material ya estaba manchada.
En resumidas cuentas, el coche impresiona. Y creo que todavía nos hubiera impresionado más si hubiéramos podido compararlo con otro vehículo o, al menos, lo hubiéramos visto en un entorno real. Con todo, guste más o guste menos, animo a quien pueda y quiera a acercarse a este road trip que está llevando a cabo Tesla por Europa porque, seguro, no le dejará indiferente.