La militarización del espacio no es algo nuevo y, definitivamente, no es un tema de ciencia ficción. En 2019, Estados Unidos presentó su sexta rama de las fuerzas armadas, la primera rama militar en 73 años y la bautizó como Fuerza Espacial de Estados Unidos, o USSF. Trump afirmó que «la superioridad americana en el espacio es absolutamente vital» y, poco a poco, vamos viendo frutos.
El Escuadrón de Inteligencia, Vigilancia y Reconocimiento, o ISRS, es una de esas unidades. Y está preparada para la guerra espacial que ya están librando Estados Unidos, Rusia y China.
Space Delta 7. El septuagésimo quinto Escuadrón es, según el teniente coronel Travis Anderson, uno de los proyectos más importantes de la historia militar reciente de Estados Unidos. Concretamente, comenta que se trata de «un momento monumental en la historia de nuestro servicio» y apunta que es una idea que estaba en mente antes de la creación de la misma USSF.
Desde la observación a la actuación. El ISRS cuenta con tres enfoques: análisis, desarrollo y actuación, siendo la única unidad dedicada a apoyar en el «terreno» a la Fuerza Espacial de Estados Unidos. El fin es preparar y presentar paquetes de inteligencia sobre un objetivo y el sistema al que pertenece, lo que podría incluir información tanto sobre un satélite como sobre una estación terrestre.