Científicos de la Universidad de Alaska Fairbanks han realizado un fascinante descubrimiento en el Parque Nacional de Denali, Alaska. La cara de un acantilado de 20 pisos ha revelado las huellas fosilizadas de numerosos dinosaurios que vagaron por su superficie hace unos 70 millones de años. Y aunque a simple vista podría parecer que estos antiguos reptiles desafiaron la gravedad, en realidad se debió a un proceso geológico.
El hallazgo en Denali es excepcional, ya que contiene un récord de huellas de diversas especies, superponiéndose en capas a lo largo de múltiples generaciones. Esto ha llevado a los asombrados investigadores a apodar el área como el “coliseo de dinosaurios”.
Este yacimiento, que abarca el tamaño de un campo y medio de fútbol, revela pruebas de la presencia de ornitópodos, ceratópsidos y terópodos, lo que indica una diversidad significativa de especies y una persistente ocupación del lugar a lo largo del tiempo. Según los investigadores, la ubicación podría haber sido un abrevadero en una extensa llanura aluvial.
“No se trata solo de un nivel de roca con huellas”, dijo Dustin Stewart, autor principal del estudio, publicado recientemente en la revista Historical Biology. “Es una secuencia a través del tiempo. Hasta ahora, Denali tenía otros sitios de huellas conocidos, pero nada de esta magnitud”, agregó.
Según el Servicio de Parques Nacionales, esta actividad tectónica fue la que formó parte de la conmoción geológica que dio origen a la cordillera de Alaska, de 966 km de longitud, cerca del Parque Nacional de Denali.
Las huellas no solo representan la presencia de grandes dinosaurios herbívoros y carnívoros –un entorno diverso y boscoso donde convivían criaturas impresionantes como tiranosaurios, rapaces y reptiles voladores–, sino que también muestran rastros fosilizados de plantas, polen, crustáceos y aves zancudas.
“Era una zona boscosa repleta de dinosaurios”, explica Druckenmiller. “Por Denali correteaba un tiranosaurio que era varias veces más grande que el oso pardo más grande de la actualidad. Había rapaces. Había reptiles voladores. Había aves. Era un ecosistema asombroso”.
Los científicos esperan que estos descubrimientos proporcionen una comprensión más detallada del ecosistema hace 70 millones de años. “Todas estas pequeñas pistas nos ayudan a entender cómo era el medio ambiente en su conjunto”, afirma Stewart.