La NASA gastó alrededor de 450 millones de dólares en el desarrollo de un rover lunar llamado VIPER (Volatiles Investigating Polar Exploration Rover). Después de cuatro años de trabajo, y en medio de retrasos y sobrecostes, la agencia espacial estadounidense decidió dejar de destinar recursos al proyecto. Este movimiento provocó una oleada de críticas por parte de algunos actores del sector científico, que presentaron una carta abierta destinada al Congreso de Estados Unidos pidiendo la continuidad de la iniciativa.
En líneas generales, el objetivo de VIPER era buscar hielo en la superficie de nuestro satélite natural con el objetivo de crear mapas de recursos previos al aterrizaje de las misiones del programa Artemis. Si tenemos en cuenta los planes originales, el vehículo debería haber viajado a la Luna dentro del módulo de aterrizaje Griffin de Astrobotic en en diciembre de 2022. Pues bien, nada de esto ocurrió, aunque el contrato de Astrobotic con la NASA sigue en pie y se espera que envíe su módulo sin VIPER no antes del otoño de 2025.
VIPER todavía tiene una oportunidad
Cuando la NASA anunció su intención de dejar atrás VIPER para poner en marcha métodos alternativos (y más baratos) de cumplir con su misión inició una etapa formal para recibir comentarios sobre qué hacer con lo que quedó del proyecto. Después de todo, no solo se destinaron varios cientos de millones de dólares, sino que un equipo de más de 500 personas dedicó años de sus carreras para desarrollar el rover. El interés de la agencia por aprovechar VIPER parece estar en aumento, pero hay una importante limitación.
La NASA no quiere gastar más dinero en VIPER. Así lo ha manifestado en una solicitud de información publicada recientemente. El documento básicamente abre la puerta a que organizaciones estadounidenses puedan continuar con el proyecto, y establece una serie de condiciones. Continuar significa asociarse con la NASA para llevar a cabo una misión lunar lo más parecida posible a la que estaba planificada originalmente, aunque brinda cierta libertad a la hora abordar los objetivos definidos. Por ejemplo, se pueden incluir nuevos objetivos científicos.
Si un actor privado decidiera continuar con el proyecto, primero debería elevar su propuesta a la NASA y, una vez aprobada, hacer uso del rover en el estado en el que se encuentra. La buena noticia es que estaba casi listo para ser lanzado, aunque todavía quedaban varias tareas por completar, como una serie de pruebas restantes. El socio también de debería pagar a la NASA por el uso de sus instalaciones para tareas como apoyo de procesamiento de datos, utilización de instrumentos, operaciones y demás durante la misión.
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“La intención es que cualquier asociación tenga un costo adicional mínimo o nulo para la NASA”, dice la agencia. Además, explica que los datos de la misión científica deben ser compartidos de manera abierta. Por último, establece como condición que, si alguna firma continúa con el proyecto, después no puede cambiar de idea para utilizar las piezas de VIPER por separado. La gran pregunta en es si hay alguien en este momento preparando su propuesta para aprovechar este interesante recurso científico.