Los caballos podrían haber ‘colonizado’ América del Norte durante la primera mitad del siglo XVII, varias décadas antes de la llegada de los españoles, según un artículo publicado este jueves en la revista Science.
Los registros históricos europeos del período colonial suelen decir que las comunidades nativas americanas no comenzaron a cuidar de esos animales hasta después de la rebelión de Popé, que tuvo lugar en 1680 en el actual estado estadounidense de Nuevo México, y en la que los lugareños derrocaron temporalmente el dominio español, liberando ganado europeo en el proceso.
Pero ahora un grupo de investigadores de 15 países y múltiples grupos de nativos americanos —incluidas las naciones lakota, comanche y pawnee— han recurrido a la arqueozoología, la datación por radiocarbono, la secuenciación del ADN y otras herramientas para descubrir cómo y cuándo llegaron los caballos por primera vez a varias regiones de lo que hoy en día es EE.UU.
Concretamente, examinaron el ADN de cerca de 24 restos de animales encontrados en sitios que van desde Nuevo México hasta Kansas e Idaho. Los resultados sugieren que la mayoría de los caballos indígenas descendían de caballos españoles e ibéricos.
El texto indica que, de momento, no está claro cómo este tipo de animales llegaron a esa parte del continente, pero detallan que es probable que los europeos no estuvieran involucrados en su transporte inicial. Asimismo, aseguran que los resultados coinciden con una amplia gama de historias orales indígenas.
“Centrarse solo en el registro histórico ha subestimado la antigüedad y la complejidad de las relaciones indígenas con los caballos en una gran franja del oeste americano”, explicó William Taylor, responsable de arqueología en el Museo de Historia Natural de la Universidad de Colorado y coautor del estudio.
Por su parte, Carlton Shield Chief Gove, miembro de la nación pawnee de Oklahoma y coautor de la investigación, señaló que los hallazgos del equipo pueden ayudar a los académicos a entender la importancia de estos animales para la historia de los pueblos indígenas norteamericanos. De confirmarse esa hipótesis cambiaría la historia del continente.