Para algunos es considerado un villano, para otros, un héroe. Sam Altman pasó de ser un casi desconocido a una de las personas más populares e importantes del año -si no es que de la década-. Pero, ¿quién es el director ejecutivo de OpenAI y por qué se volvió tan relevante?
VIDA PERSONAL Y ESTUDIOS
Un niño judío originario de Chicago, criado en Missouri, programador desde los ocho años y abiertamente gay. Nació el 22 de abril de 1985 y su madre era dermatóloga.
Desde pequeño tuvo interés por la ciencia y tecnología. Su primera computadora fue una Apple Mac a los 8 años -misma que le parecía gigantesca- y estudió en John Burroughs School, una secundaria privada.
Ahí, de acuerdo con el texto de Tad Friend , un grupo de jóvenes cristianos boicotearon una asamblea sobre sexualidad y la respuesta de Altman fue declararse abiertamente gay y preguntar si la escuela iba a aplicar algún tipo de represión al respecto o si querían tener ideas diferentes.
“Lo que hizo Sam cambió la escuela. Se sentía como si alguien hubiera abierto una gran caja llena de todo tipo de niños y los hubiera dejado salir al mundo”, compartió Madelyn Gray, la consejera de la escuela.
Estudió informática en la Universidad de Stanford durante dos años pero, siguiendo los pasos de grandes genios de la tecnología, abandonó sus estudios en 2005 para emprender su propio primer proyecto llamado Loopt.
TRAYECTORIA PROFESIONAL
Su primer emprendimiento fue Loopt, a los 19 años. Lo fundó junto con dos amigos y recibió un apoyo de Y Combinator de casi 30 millones de dólares. Esta era una aplicación que permitía monitorear en tiempo real la ubicación de tus amigos, pero era 2005, y no había App Store, PlayStore y los smartphones no eran tan sofisticados como ahora. El negocio no prosperó y se cerró en 2012.
Pero Paul Graham, el cofundador de Y Combinator, que es una asceleradora de startups estadounidense, vio en Altman un gran potencial y lo convirtió en socio parcial. Muchos años después, en una entrevista, Graham dijo que Sam era “extremadamente bueno volviéndose poderoso”. Para 2014, Graham decidió dejar Y Combinator en manos de Altman, quien aún no cumplía los 30 años.
De Y Combinator salieron compañías como AirBnB, Stripe, Asana o Pinterest. Y el papel de Altman era tan fundamental que Graham se preguntaba: “Sobre cuestiones de diseño, pregunto ‘¿Qué haría Steve?’ pero en cuestiones de estrategia o ambición pregunto ‘¿Qué haría Sam?’
OPENAI Y EL BOOM DE CHATGPT
“Cuando mis amigos se emborrachan hablan sobre las formas en que terminará el mundo (…) la probabilidad de que se libere un virus sintético letal en los próximos veinte años se volvió, bueno, distinta de cero. Los otros escenarios más populares serían la IA que nos ataca a nosotros y a las naciones que luchan con armas nucleares por recursos escasos”. Esto es lo que, de acuerdo con el texto del periodista José Redondo , dijo Altman a los fundadores de una app.
Ese mismo pensamiento lo tenía otra persona: Elon Musk. Por ello, ambas personalidades se juntaron para pensar qué podían hacer para evitar que la IA ‘destruyera’ a la humanidad, especialmente porque ambos conocían los avances que Google estaba teniendo en esta tecnología.
Por ello, en 2015, Altman y Musk se unieron junto con Reid Hoffman, cofundador de LinkedIn, Jessica Livingstone, cofundadora de Y combinator, el empresario Peter Thiel e Ilya Sustkever, científico de computación, para crear OpenAI.
Pero, en su pasión altruista por desarrollar una IA “ética”, acordaron que todas las investigaciones serían públicas y abiertas. Por ello se llamó “OpenAI” (Inteligencia Artificial Abierta).
Sin embargo, Musk se enteró que la empresa tenía relación con otras grandes tecnológicas y propuso tomar control de OpenAI. Esta oferta fue rechazada y por ello, el multimillonario decidió abandonar la empresa en 2018. Esto representó un problema porque Musk dejó de financiar la empresa, a la que había prometio invertirle 1,000 millones de dólares.
Fue por ello que la empresa se convirtió en una entidad con fines de lucro y el dinero llegó rápidamente gracias a Microsoft, la cual inyectó los 1,000 millones de dólares que necesitaba y prestó su infraestructura para que OpenAI siguiera trabajando.
Gracias a eso, a finales de 2022 la empresa lanzó Dall-e y ChatGPT, el producto estrella de la compañía.
POSTURA SOBRE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL
En 2012 Geoffrey Hinton, el “padre de la Inteligencia Artificial”, publicó una investigación que hablaba sobre las redes neuronales y su capacidad para reconocer objetos. Ese mismo día, Altman se encontraba con sus amigos discutiendo temas sobre IA y se alarmó.
OpenAI nace por el miedo de Musk de que la IA “accidentalmente” nos destruya y esta misma postura es la que lo unió con Altman.
Tras el boom de la IA generativa, Altman se presentó en el Capitolio y urgió a su regulación. Dijo que ““si esta tecnología sale mal, puede salir bastante mal” e instó al gobierno para “evitar que esto suceda”.